Sobre Alex, el león (Stiller), Marty, la cebra (Rock), Melman, la jirafa (Schwimmer) y Gloria, la hipopótamo (Pinkett Smith), quienes viven en el zoológico de Nueva York con la máxima de comodidades, al estilo de rockstars, mientras Marty sueña con ir a la jungla, la que ha oído que está en Miami, por lo que decide escapar para viajar allá, solo para ser seguido por sus amigos, que lo tratan de persuadir de volver, pero de uno a otro problema, ellos, unos pinguinos y unos changos terminan viajando hacia Madagascar, donde son recibidos por un reinado de lemures, y ya ahí tienen que encontrar y afrontar su verdadera naturaleza salvaje, y lo que la libertad tiene de contras.
Con uno que otro chiste que salva la cinta, y con el halo cool obligatorio que se trata de imponer, la cinta sí es un fenómeno cultural, donde se nos muestra que cuando hubo un tiempo donde en ésta área había películas como El Rey León, ahora están Madagascar o Shrek, la fast food del cine, no por nada se hacen en masa y se consumen de la misma manera; es el éxito comercial el que los impulsa a la duplicidad, aún con la carga de sus personajes promotores de la vanalidad y la occidentalizción apple (no porque la marca salga en la cinta, solo me refiero a algo rápidamente desechable, ansiadamente deseable); y al final de todos, se queda en eso, comida rápida, que a nadie deleita, pero a nadie le estorba.
Como cine de peques no hay problema en absoluto, no es general, no es trascendente, aunque sí historicamente estudiable, como fenómeno cultural ideosincrático actual.
PD. El doblaje latino es un asco comparado con lo salvable del elenco original.

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