Basada en la película de 1962 de Chris Marker "La Jetée", y dirigida por un magnífico Terry Gilliam, al mando de Bruce Willis en una de sus mejores actuaciones, al lado de Brad Pitt, quien también se luce como pocas veces, además de incluir a Madeleine Stowe, Christopher Plummer y David Morse, es una de las cintas noventeras tan bien elaboradas que repercute en la historia del cine de todos los tiempos, pues la construcción de los tiempos a lo largo de la película, entrelazada con una locura viajera a plano tempoespaciales, el complot de un grupo pseudoterrorista ambientalista, y la paranoia del logro de la libertad y el impedimento de la misma la hacen un tesoro histórico que hasta supera su raíz francesa de orígen (arriba mencionada)
Sobre un reo que es enviado al pasado para investigar el orígen de un virus que desató un escenario posapocalíptico mundial, y termina enamorándose de una psiquiatra que lo analiza debido a que llega gritando que viene del futuro; Gilliam sabe aprovechar el estereotipo de Willis de hombre indomable pero introduciéndolo a un trama inteligente, extremadamente bien construído y capáz de sumergir al espectador en medio de la paranoia y la nostalgia, el misterio detectivezco y el cyber punk industrial adoc a la época de creación de la cinta; todo decorado con el persistente halo de locura que recae primeramente en Pitt, y la pregunta que todos nos formulamos sobre ¿quiénes son verdaderamente los doce monos? construyen un universo inolvidable e invaluable, de esos pocos que logran unir el blockbuster con el cine de arte, la ciencia ficción con los dramas y el futurismo con el romance del más clásico que puede existir.
Una película que no puede dejar de ver, que si acaso ve programada a pasar en su televisora de cable o local, debe de apartar un lugar para verla, recomendarla, y comprarla.
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