Sobre un viejo drogadicto que huye a una casa en el campo a vivir con su hija al lado/cerca de una casa donde vive una "bruja" y retrasado mental, a quienes Jeliza Rose (Ferland) visita en lo que su papá se droga, haciendo esto hasta morirse y dejar huérfana a su pequeña, que por su lado termina ¿enamorándose? del retrasado, quien resulta tener secretamente dinamita para matar a un ¿moustro?
Si conocen a Terry Gilliam sabe que tiende a gustar por lo extraño, por lo excéntrico, pero igual a lo genial, pues no porque lo califique justamente de weirdo significa que la cinta sea mala, solo es un freak narrando historias insanas, tensas, tiernas, malsanas, repugnantes, grotescas, fantásticas, fabulosas, terrygillianas.
No se recomienda al público en general, pues el ver al papá drogándose todo el tiempo y luego pudriéndose mientras una niña de aproximados diez años empieza una relación con un discapacitado mental pudiera no agradar a gran sector de los espectadores, sin embargo, para aquellos de apetitos extravagantes, hasta gourmet, ésta cinta no puede faltar en su cineteca, oda a la rareza, al tabú, a la bonita y tierna moustrosidad del ser sin esforzarse por ser.

No hay comentarios:
Publicar un comentario