viernes, 3 de octubre de 2014

Edipo Alcalde (1996)

Traída casi a manera underground y olvidada tras los 90´s, el director Jorge Alí Triana construye con ayuda de García Márquez una magnífica e injustamente pasada de largo adaptación de la tragedia de Sófocles "Edipo Rey", pero trasladada a la Colombia noventera, donde el territorio provinciano estaba confrontado por la civilización legalizada, el ejército, las FARC y las fuerzas de autodefensas, por lo que para realizar esta magna idea Triana tiene que recurrir a inversiones no solo colombianas, sino mexicanas, españolas y francesas para hacer una de las más impactantes cintas latinoamericanas que se hayan realizado en la historia del séptimo arte.
Sobre el Alcalde Edipo (Jorge Perugorria) que llega a una región en confrontación buscando paz, y que en un cruce de caminos en confrontado por un auto desconocido al que Edipo y sus soldados disparan en legítima defensa, solo para después llegar a un pueblo donde acaba de morir el líder de las autodefensas, Layo, y empieza a generar una mayor tensión entre todas las secciones en guerrilla que ahí se encuentran, sin esto desmotivar al emprendedor Edipo, que a la vez se hace amigo del sacerdote del pueblo (Jorge Martínez) (en busca del logro de la paz) y de una hermosa milf (Ángela Molina), cuyo hermano, líder nuevo de las autodefensas (Jairo Camargo) nunca cesa en la insistencia o del cese o del sometimiento o de la corrupción de Edipo para que solo la mayor de las fuerzas prevalezca; sin embargo, entre todo este retrato colombiano que Triana nos muestra, nos queda la latente historia conocida de Edipo, que en medio del caos se va denotando hasta llegar a un clímax bélico amoroso incestuoso, que es lo que tanto la poética de García Márquez y Sófocles combinada con la buena dirección de Triana logran hacer, solo para desaparecer injustamente del conocimiento general, debido a la ausencia de una voz mainstream que coloque a Edipo Alcalde en el lugar que merece.
Y no solo la construcción de la cinta es una joya, las actuación de Perugorria y Molina son de las relaciones cinematográficas más sensuales y entrañables que recordemos, la actuacíón del padre Martínez comparables con la de Federico Luppi en El Espinazo del Diablo, por no mencionar el rol de Camargo como un venenoso villano estilo Scar del Rey León, que hacen de la producción completa una maravilla latinoamericana de la que hasta la actualidad deberíamos de seguir hablando.
Por lo que si usted tiene acceso a esta fantástica historia trasladada al cine, no titubee y véala, es una muestra de cine adaptado, una muestra de tragedia, de talento y sobre todo de que el cine latinoamericano es existente y de pulcra calidad.







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