La historia comienza cuando un hombre, obviamente el padrastro (Walsh) se va de una casa dejando a toda la familia masacrada. Meses después en un supermercado se encuentra con Susan (Ward) evidentemente mamá solitaria, en este caso divorciada, y el asesino ve en ella la posibilidad de nueva víctima. Otros meses después ya está instalado en su casa, todo padrote; el hijo mayor, Michael (Badgley) regresa por vacaciones de su escuela militarizada, y finalmente conoce a su nuevo padrastro, del cual, desde el principio desconfía. Otro que desconfiará de él será el exesposo (Jon Tenney), quien empieza a investigarle; así como Abril O´Neal, que es amiga de la mamá... Todos los que desconfían irán cayendo, dejando toda la resolución del caso en Michael y su novia (Heard), antes de que llegue la hora cero, y el asesino decida actuar nuevamente.
La película entonces resulta una buena historia de emoción que radica entre el horror light y el suspenso; en ningún momento tiene altas aspiraciones a volverse la joya que todos esperan ver, pero como película dominguera cumple, y llega a traer "inesperados predecibles" que harán pasar un buen rato como el Hollywood más básico nos ha acostumbrado.
Sí es recomendable con bajas expectativas y simplonas ganas de entretenimiento felizón.

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