domingo, 13 de abril de 2014

Hulk (2003)

La era de los superhéroes en el cine se podría dividir de la siguiente manera:
La Sketch, en la que los productores deciden hacer películas buena onda sobre los bonitos cómics que sus hijos leen, más como un experimento que como piezas en serio, teniendo aquí la era a-gogo de Batman, y teniendo como cumbre Superman de 1978 y sus respectivas secuelas, y he ahí la importancia de la que ahora es una cinta risíble pero históricamente importante, aún así solo son un bosquejo burlesco de lo que los cómics representaban. Las Wee Hours, que se dan en 1989, luego de que los cómics evolucionar a historias más serias y ya abiertamente para un público maduro, lo que permite a Tim Burton hacer la bella y controversial película de Batman con un Joker más malévolo y mejor construído; sin embargo, como era aún temprano para el despertar, las productoras se negaron a seguir con el trabajo de Burton y lo eclipsaron con Batman & Robin, cedando las oportunidades de un progreso para el cine de superhéroes; sin embargo cuando el imperio de Stan Lee tiene su primera gran oportunidad el papel de Marvel para la construcción de la Era de los Superhéroes tuvo su gran despertar justo entre X-Men & Spiderman, donde todo comienza, con historias bien creadas, de presupuestos indispensables para la creación de buenos contenidos, los cuales son retribuídos por la fanática con la concurrencia denotada en taquilla; luego de esto, la cumbre se da cuando Transformers da la oportunidad a los efectos especiales de pulir uno que otro detalle que quedaba al aire, y de ahí viene la joya Iron Man y de ahí en adelante todo es éxito, cinefilia y oro a caudales para las casas productoras propietarias de los superhéroes. ¿Porqué viene al caso? Porque en el específico caso de Hulk, éste personaje tiene apariciones en dos de las étapas: en la del Despertar y en la Cumbre, pues luego del Despertar, a las productoras se les hizo fácil hacer muchas películas de superhéroes azarosamente, algunas con un poco más presupuesto que otras, en esta étapa, estaban cintas como Daredevil, Elektra, los 4 Fantásticos y la película en cuestión; luego de que la Cumbre empezara a Hulk se le da una oportunidad con una carga mayor de drama y efectos especiales, y se luce como debería pero a cinco años de distancia de la primera cinta, tratando de separarse una de la otra lo más posible, pero aún así dejando lazos para no desperdiciar lo hecho en la cinta del 2003.
Así que la película del aplaudio director Ang Lee tiene sus razones y sus porqués primeramente en el contexto en el que le toca realizarse, siendo más comparable con Fantastic Four que con Avengers.
Estelarizada por Eric Bana, Jennifer Connelly, Nick Nolte y Sam Elliot, la cinta narra los experimentos con rayos gama del Dr David Banner, los cuales se van viendo frustrados por el general Ross, teniendo que dar en adopción a su hijo Bruce, quien más tarde empieza a estudiar la misma ciencia que su padre solo por los interminables e incomprensibles laberintos del destino, donde se enamora de la hija del general, Betty, y viven juntos su transformación en Hulk, secundada por el regreso de David Banner ¡Malo!
Medio deficiente en script, pero aplaudida mucho en su momento, la cinta es muy buena para su tiempo, pero insuficiente para gustar a la mayoría de los fans, es por eso el desapego con la cinta del 2008, en la que aún así tiene seguimiento, pues se basa demasiado en los hechos de esta película.
Una buena película para su momento, pero aún así no es indispensable ni es la máxima de las recomendables, solo una más en la línea del tiempo de las distintas etapas de la Era de los Superhéroes.








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