Dirigida por Gil Kenan, y estelarizada por Sam Rockwell, Rosemarie DeWitt, Jared Harris, Jane Adams, y los pequeños Saxon Sharbino, Kyle Catlett y Kannedi Clements, este remake trata de siquiera homenajear al clasiquísimo de Tobe Hooper y Spielberg, pero lejísimos queda, pareciendo al final más un video largo para promocionar la versión de McFarlane Toys de Poltergeist, que algo memorable o siquiera aceptable.
Teniendo casi la misma historia, ésta vez la trama se desarrolla alrededor del despido de Eric Bowen (Rockwell), quien lleva a su familia a una casa a la que la familia califica como inaceptable -ya quisiera yo vivir en una casa así-, y poco a poco van aconteciendo los eventos paranormales; primero reenfocando la percepción de Madison (Clements) para con los espíritus que habitan la casa, y luego el temor extremo y la paranoia de Griffin (Catlett), actitud que ayuda más a sentirnos divertidos con su tragedia, que asustados y preocupados por él. Se roban a Madison, no saben que hacer, llaman ahora no a una psíquica sino a un tipo que es entre científico de lo paranormal y exorcista -realmente no dicen su verdadera profesión- Y pues ya saben el final...
Comenzaré con lo positivo: Sin duda, la niña de la original, Heather O´Rourke, es un clásico del cine de horror, pero no podemos decir que lo hecho por Clements, y el factor adorable que Kenan le da, no la hace destacar, y la vuelve quizás el elemento más relevante de la película; el segundo acierto es que en una época tan bien desarrollada en efectos especiales ¿porqué no usarlos? pero nada más allá de lo normal de cualquier blockbuster veraniego de los últimos tiempos...
Ahora sí, pesimismo ven a mí: Mala narrativa, falta de empatización con la familia, coulrofobia forzada (Poltergeist no trata de payasos malditos, es solo un elemento de muchos), cementerios embrujados antes de tiempo, falta de elegancia, vulgares ruidos fuertes para asustar, lógica idiota, propulsor de falta de ganas de esperar una siguiente entrega... Listo.
Pues como era de esperarse, no supera al clásico de Hooper, y ni siquiera se hace un lugarcito propio dentro del nuevo cine de horror; por lo que si usted no es fan del género, ni vió la original, váyala a ver, se entretendrá, pasará un buen rato y ya, no creo que ni para usted sea relevante; y si vieron la original y son fans del horror, véanla por morbo, no esperen un producto ni aceptable, diviértanse viendo al niño chillón siendo sangoloteado por un árbol maldito, pero no esperen nada de nada, la cinta es una del montón que tiene la mala suerte de ser parte de un legado inamovible a la que no le hace honor en ninguna de las secuencias de toda su duración.
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