Otro clásico de todos los tiempos, que pese a su malhechura (afrontémoslo, ¿cómo comparar Viernes 13 con El Exorcista?), la cinta de Sean S Cunningham narra la historia de un grupo que acampa a las orillas de un lago donde murió un niño acosado, que vuelve para vengarse ¿o no? (No, hasta la 2); y aún así marca pauta de lo que debe de ser una película de horror, y a partir de entonces, la fórmula se clonó y nos volvió sirvientes de ese molde uniforme cuyo color cambió, pero siempre fue los mismo.
Así, a todos nos gusta la saga de Viernes 13 aunque ni la revancha de Freddy contra Jason valió la pena contra ese Frankenstein que se iconizó por azares del destino, por su mamitis justificable por cintas como Psycho, pero sin la magia artística fílmica que se requiere.
Siendo quizás, la película chafa más famosa e importante de la historia.
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