Dirigida por el mismo master culpable de otros clásicos de la ciencia ficción cómica como Ghostbusters (1&2) Ivan Reitman, la cinta se estrena al borde del final de The X-Files, usando a David Duchovny como gancho para jalar audiencia, sin embargo, su actuación es tibia y sin chiste, lo que, con todo y todo no arruina la película, pues es una muy agradable y emocionante cinta de invasión extraterrestre, que por su construcción visual y originalidad narrativa destaca en el mundo tanto de la comedia como de la ciencia ficción.
Sobre un meteorito pequeño que cae en la Tierra y empieza a desarrollar vida que inicia en la microscópica y va evolucionando rápidamente hasta los mamíferos; un doctor fracasado, Ira Kane (Duchovny), al lado de su mejor amigo, el científico y entrenador de un equipo de teens, Harry Block (Orlando Jones, quien en ese momento era anunciado como el siguiente gran comediante, del cual poco a rápido se desapareció por completo), y un prospecto de bombero, Wayne Grey (Seann William Scott, luego de su gran fama como Stifler en American Pie) empiezan la investigación del fenómeno en desarrollo, sin embargo, como los donnadies que son, no tienen el equipo necesario para investigar correctamente, por lo que se alían a una doctora establecida, Allison Reed (Julianne Moore), para tener acceso a las investigaciones gubernamentales y tratar de entender hacia donde marcha la evolución de los recién llegados, y cómo pueden detenerlo... lo que termina como una gran comercial de shampoo.
Además de contar entre los personajes secundarios a actores como Sarah Silverman, Ethan Suplee, Dan Aykroyd, Kyle Gass y Gregory Itzin, la cinta es una divertida aventura que no será la más grande obra de la ciencia ficción o de Reitman, pero hará pasar un rato muy cómodo, agradable y feliz; la película entonces es recomendable no por su gran legado sino simplemente por su bienhechura y su sencillez...
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