Sobre una pareja de recién casados que llega a Roma para ser bendecidos por el Papa, pero el fanatismo exagerado de ella, Wanda Cavalli, interpretada por la linda y curiosa Brunella Bovo, hacia un personaje de una fotonovela llamada El Jeque Blanco, la hace ir a buscarlo a la casa editora de la novela, e introducirse a sí misma en un viaje fantástico parecido al de Alica en el País de las Maravillas, pero el viaje de Wanda es al maravilloso y bizarro mundo de la farándula, ilimitado, exagerado, superhumano; mientras que el esposo, Ivan Cavalli (Leopoldo Trieste) tiene justificar la ausencia de Wanda ante su familia para ver si le da tiempo de encontrarla y así posponer el cometido de su viaje a Roma, aún cuando luego de perdida Wanda, Ivan encontró una carta de su esposa dirigida al Jeque Blanco sobre su intención de conocerlo.
Con actuaciones inolvidables de Bovo, Trieste y Alberto Sordi, quien interpreta a Fernando Rivoli, el actor que interpreta al Jeque, más todo lo mencionado en el primer párrafo, y pese al fracaso en taquilla de la película, podría decir que esta película es de las mejores aperturas a una filmografía, un universo, una "teoría de la perspectiva felliniana", a una realidad de la que muchos nos enamoraríamos por ser de las más únicas, sinceras y fantásticas realidades que cualquier artista en cualquier tiempo haya tenido.

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