En una línea iniciada desde The Fighter (una de las películas más destacadas de Christian Bale), pareciera que el nuevo gran favorito de la Academia es David O Russell, pero el camino que se veía venir en The Fighter no llegó a prosperar, desde el punto de vista de un opinador; sin embargo, la reseña de hoy será sobre la ampliamente aplaudida American Hustle (Escándalo Americano).
Basada en una serie de investigaciones ABSCAM del FBI, y estelarizado nuevamente por Bale, como Irving Rosenfeld, un estafador casado con la idiota y banal Rosalyn (Jennifer Lawrence), pero enamorado de otra estafadora, Lady Edith Greensly also known as Sydney Prosser (Amy Adams), y juntos estafan a don nadies con gran alegría, sin embargo, con la aparición del agente Richard DiMaso (Bradley Cooper), de Hacienda, todo el teatro se les viene abajo, por lo que tienen que trabajar con él para hacer caer a otros estafadores, de donde destaca el alcalde Carmine Polito (Jeremy Reiner), un hombre que tiene que recurrir a los sobornos para crear nuevas fuentes de empleo para los más pobres, sin embargo, éste se vuelve el principal blanco de la investigación de DiMaso, enorgulléndose de sí mismo, pues el complot llevaba hasta las mafias italianas de Miami, encabezadas por el inteligente Victor Tellegio, interpretado por un oscuro y de vuelta a lo clásico Robert DeNiro.
Aún mejor que la "reliquia" del año pasado, Silver Linings Playbook, pero compitiendo con cintas como The Wolf of Wall Street de Scorsese, el Hustle de O´Russell tiene un comienzo lento, que torna a una buena película en cuanto el personaje de DeNiro hace de las suyas (con su corta aparición), con la constante iniciativa de Lawrence por hacer valer su óscar de 2013, un insípido Cooper, una destacada actuación de Reiner, y un nuevamente excelente Bale, la película catalogada como comedia podría solo mostrarnos el extraño y ácido humor del director, que en la cumbre de su carrera genera exageraciones en los peinados, algunas escenas en medio de nubes de humo para causar dramatismo, un uso desmedido humorístico del personaje de Lawrence (su chica de oro) y un sobrevalúo típico de la Academia y sus aledaños.
Es una muy buena película, pero no es La película como la han llamado, y hasta llega a sentirse un raro intento de suplir lo que alguna vez los Coen representaron. Recomendable, pero no a nivel de "lo mejor que hay".
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