Con el nuevo cine mexicano, sí, ese que parece resurgir de las cenizas del cine de ficheras, emergen cintas épicas que trascienden las fronteras del cine en México como Amores Perros o hasta Como Agua para Chocolate, pero dentro del país hay una que establece diálogos épicos, pensamiento fílmico y colmos tan cínicos y agrios que hacen llorar como corte de cebolla o medio kilo de limón en un trago amargo vomitibo; todo esto en una sola película que se inmediatiza como clásico solo por el hecho de ser irónicamente tan parecido a la realidad que lastima como golpe directo al más doloroso de los nervios... La Ley de Herodes: O te chingas o te jodes.
Dirigida por uno de los que se volvió de los mejores directores mexicanos, Luis Estrada, y estelarizada por Damián Alcazar, Pedro Armendaris Jr, Isela Vega, Manuel Ojeda, Juan Carlos Colombo, entre otros, la cinta habla de los tiempos iniciales del PRI y del PAN (partidos políticos mexicanos (los más viejos en tiempos "democráticos")), de cómo un ciudadano bueno es contratado para un puesto para gobernar un pequeño pueblo, pero poco a poco se va corrompiendo hasta volverse tan corrupto como cualquier funcionario mexicano debe de ser.
Una gran película indispensable en la cinematografía mexicana, que revela, que habla, y explica los cómos y porqués de las formas obligatorias del gobierno mexicano.
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