Estelarizada por Victoria Agalakova, la historia inicia en los tiempos del daguerrotipo, cuando aún se decía que la cámara capturaba el alma; aquí le agregan la posibilidad de transpasar un alma de cuerpo en cuerpo, por lo que el comienzo se vuelve muy al estilo de la Skeleton Key del 2005; no obstante, poco a poco nos daremos cuenta, que esta sugerencia termina siendo erronea y se vuelve más una película de maldiciones más que de hechicería. Pero bueno, continuemos... El protagonista del principio (Igor Khripunov) pasa el alma de una novia al cuerpo de una chacha, y su experimento resulta exitoso... Ya en la actualidad, Nastya (Aglakova) está por casarse con un tipo (Vyacheslav Chepurchenko) con una familia muy extraña, sugiriendo con esto que es el estelar de la primer secuencia; sin embargo, poco a poco nos daremos cuenta de los verdaderos resultados del experimento transcorporeo, experimento que se volvió más un tormento generacional que una eternidad brincacuerpos, como lo fuese en la mencionada Skeleton Key.
Así que, sí, suena dos tres interesante, sin embargo, la película termina siendo una reverenda porquería que nos deja de consejo que hay que tener cuidado con la internacionalización, pues no por no ser una blockbuster B promedio no quiere decir que no pueda ser una mala película, y sí, es una pésima película, nada recomendable, nada viable, nada de nada... En cuanto a actuaciones, construcciones y demás deja muy mal parado al cine ruso actual, y nos hace pensar que todo ese hype generado hacia Zashchitniki puede ser un sobrevalúo terrible que puede terminar siendo de las peores decepciones que tengamos en el cine reciente... pero bueno, ya llegará su momento, por lo mientras les decimos que la traducida como The Bride/ La Novia es una cochinada absoluta que llega a los cines de todo el mundo con mucha más pena que gloria.
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