Estelarizada por Sam Neil e Isabelle Adjani, la historia inicia con el regreso de Mark (Neil), el marido de Anna (Adjani) de una misión secreta; ellos viven en Berlín, y se irán dando cuenta que como pareja ya fueron...él insiste en que algo está raro y la molesta, jode y jode hasta que ella acepta que tiene un amante y ya no le ama, y que quiere dejarlo, no importa si esto lo costase la custodia de su hijo; en un principio parece que a Mark no le afecta, pero no puede evitar ir a buscar al nuevo, Heimrich (Heinz Bennet), pero todo va más allá de Mark, Heimrich o quien sea... Anna tiene algo más, algo que la vuelve cada vez más loca y rara... cosa de la que ya no ahondaré más para evitar spoilers, pues hay tanto tantísimo para spoilear.
Con tremendas actuaciones -de tal grado que Adjani es nombrada mejor actriz en Cannes el mismo año del estreno-, un llevamiento súper dinámico y experimental, la película bien podría ser un referente perfecto para entender lo mejor del cine de horror de nuestros días... sí, de la talla de Hereditary o the Witch, y pese a ser más contemporánea a cintas como El Exorcista, va más allá de cualquier tema de posesiones que se hayan trabajado en aquel entonces.
Una absoluta recomendación, una indispensable que todos deberíamos de ver y que debería inspirar a más director del cine por venir...
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