En medio de la época de más productividad allenana, el director ahora habla de la farándula y caminos que inician juntos para tomar direcciones distintas, narrando una historia en blanco y negro con su característico sonido jazz musicalizado la negrísima comedia satírica en la que ahora se personifica en el cuerpo de Kenneth Branagh, quien participa al lado de un elenco espectacular que incluye a Judy Davis, Winona Ryder, Joe Mantegna, Leonardo DiCaprio, Melanie Griffith, Charlize Theron, Famke Janssen, entre otros...
Sobre un escritor fracasado que vive casado con una maestra, mediocremente, hasta que decide tratar de emprender el vuelo, dejándola y empezando a enamorar a cuanta modelo, actriz, editora, pueda, dejando a su mujer en el asombro y la incomprensión; sin embargo mientras él va de mujer en mujer, Robin (Davis), conoce a un productor de televisión de quien/con quien se enamora, y va creando una carrera prometedora en la tv, mientras en chiquiada por su cariñoso esposo, fundando una bonita familia que el escritor nunca pudo darle.
Elegante, negra, pesimista, Woody Allen no deja la pulcritud en ningún momento, por no hablar de la actuación de Branagh que encarna la actitud del director como si fuera él mismo, y aquí es curioso mencionar que películas como ésta nos recuerdan que la intención de ver cine allenano, pese a la ausencia del director en los papeles, es verle a él mismo en situaciones diferentes, por lo que Branagh haciendo su Woody Allen, sin duda es de los más representativos en el trayecto de intérpretes de ese personaje tartamudo que nunca se calla...
Una no tan mencionada película del director que vale bastante la pena, una fabulosa historia que debería de estar entre sus más conocidas.
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