Repitiendo el uso de Casey Affleck y Rooney Mara, parte de su primer proyecto Aint Them Bodies Saints, del 2013, el director David Lowery reaparece por las listas finales del 2017 entre lo mejor del año, y nosotros teníamos que conocer de ese no tan anunciado proyecto, que en teoría debería ser de lo más destacado que suceda este ciclo.
La poca publicidad parece anunciar la cinta como terror, no obstante es en las reseñas donde hallamos los términos como viaje cósmico, nostalgia y percepción como las verdaderas claves para disfrutar la historia, la cual inicia en la vida de una pareja, Affleck & Mara, que se ve que se quieren, pero como que no se llevan tan bien -casi no hablan-, empiezan a suceder fenómenos sobrenaturales y él muere -sí, la mención abrupta aquí es a propósito, pues así de repentino es cuando pasa... incluso es un tanto injustificado, pero es el trigger, para esa "historia de fantasma"- De ahí en adelante, Affleck será un fantasma con una cobija que observará la vida posterior de su chica, su depresión, sus respuestras, y finalmente su abandono... él no se va de la casa, ve a los siguientes inquilinos y el correr del tiempo de maneras en las que un humano jamás podría concebir, moviéndose como marea hacia delante y atrás mientras la postvida se desgasta tristemente... llegará el momento de salida, pero será tan efímero como ver a Rooney Mara comiendo un pastel completo en tiempo real...
Entonces, no, no es terror en absoluto, sobrenatural talvez, pero como pretexto para contemplar este experimento de tiempos muertos, donde esta misma mortalidad se torna un juego de tiempos que lentamente son transformados al antojo del director, teniendo al final de todo un proyecto que puedes amar, odiar o mal asimilar... como sea, no dejará a nadie con ideas cerradas o sentimientos posteriores de insatisfacción.
Entonces, desde la impresión de éste, quien escribe, se me ha hecho un proyecto bastante interesante, reflexivo y observativo, uno de los propósitos máximos desde la invención de la foto en movimiento; y aún así, mi acompañante cuando la he mirado, ha salido enojada y frustrada ante una pieza tan abierta y reflexiva tras la mala publicidad que se le ha dado a la cinta... Yo la recomiendo, ella no... la única manera de juzgar un proyecto semejante es que cada uno la vea y pueda decidir la genialidad o banalidad de esta pieza relevante en las exploraciones cinematográficas, como pocos se atreverían a filmar.
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