Alien³ (1992)

Luego de la grandilocuente secuela que James cameron le da a la saga de Alien, la siguiente entrega se le encarga al videomaker novato en el cine David Fincher, quien inicia carrera con una de las mejores óperas primas de ciencia ficción que se puedan recordar, teniendo nuevamente a HR Giger para el rediseño de los aliens, a Sigourney Weaver en el estelar, y una serie de inovaciones en efectos especiales con las que ni Cameron ni Scott contaron, la era digital inicia, por más estilo Jumanji que parezcan algunas escenas, pero se puede ayudar para los costos y una que otra excentricidad que Cameron haya tenido que usar.
Mientras Ripley, Newt y Hicks duermen, luego del escape de la cinta anterior, algunos alien bebés les atacan, incendian la nave y ésta cae en el planeta Fury 161, un planeta presidiario, sobreviviendo únicamente Ripley. Ahí, los presos son adoctrinados con ideas religiosas de uno de ellos, el reverendo Dillon (Charles Dutton), quien mantiene a los reos bajo control, más en estos momentos cuya llegada de Ripley, la primer mujer en mucho tiempo, saca a flote las ideas de violación y rapiña. Quien la  recibe y la atiende bien es el médico encargado, Clemens (Charles Dance (Games of Thrones)), con quien se relaciona, y le ayuda a investigar si hay o no hay rastros del alien, pero para cuando se da cuenta que sí, ya lo nota distinto y más peligroso, pues se gestó dentro de un rottweiller, además de enterarse que lleva a una alien reina dentro de sí, por lo que ahora no solo tendrá que encontrar la manera de asesinar al moustro, sino a ella también.
Con tonalidades y aires que nos recuerdan la ciencia ficción aplicada desde el ojo de Tarkovsky, con una monocromía sepia que embeleza la cinta como novela gráfica post apocalíptica, pese a la disminución de espectacularidad comparada con la cinta anterior, alien 3 es una magnífica cinta de terror espacial de los noventas, todo un hito en su género, teniendo puntos comparables a otras grandes del momento como Doce Monos o Terminator 2; sin duda un paso más en la consolidación de la saga; por lo que es una gran recomendable para los fans del género, del estilo, del director, y hasta de los predecesores al mando, pues ninguno demerita a su anterior ni su sucesor, cada una es grande en su estilo personal.