Sobre una reunión familiar, donde poco a poco se va situando a cada personaje donde debe de estar, como un gran jaque mate contra el rey a sacrificar, el protagonista, Christian (Ulrich Thomsen), prepara a todos en su familia para la declaración que evidenciara el grotesco y repulsivo andar de su padre, Helge (Henning Moritzen), quien atormentó a él y a su hermana durante sus respectivas vidas, llevándola a ella, Linda, al suicidio, evento que conduce a las acciones de hoy de Christian y llevarán a Helge a la ruina; eso si la familia le cree lo que está por contar.
A parte de ser una joya técnica, en cuanto a D-95 refiere, la trama escrita por el mismo Vinterberg es un total deleite, mostrando una creatividad y calidad nata como pocas veces se ve en el cine, y más aún en las óperas primas (en cuanto a d-95 refiere); sin duda un tesoro de la historia del cine, recomendado para todo aquel interesado a fondo en él, puesto que el Dogma logra su consagración verdadera entre los festejantes que Vinterberg nos muestra.

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