Regla de oro de la inversión cinematográfica: Éxito taquillero, producción en masa; así que Eric Darnell & Tom McGrath repiten la dirección, así como repite el elenco (Stiller, Rock, Schwimmer, Pinkett Smith, Baron Cohen, Cedric The Entertainer), sumándoseles Alec Baldwin, Will I Am, entre otros.La cinta empieza narrando cómo es cuando los cazadores humanos separan a Alex, el león (Stiller) de su familia, llevándole a Nueva York, y pasando todo lo de la primera parte, hasta llegar al momento en que todos los animales newyorkinos y el Rey Julien (Cohen) y sus lemúres más cercanos abandonan Madagascar para viajar a Africa, donde conocen a más cebras, más hipopótamos, más jirafas, y más leones, entre los que está la familia de Alex, quienes resultan los reyes de la manada, pero ahora que Alex volvió, los otros leones exigen que demande su lugar en el trono de la misma manera que cualquier león lo haría: una pelea, la cual pierde, y empieza la parte triste de la cinta, lo que empieza a detonar una crisis ambiental (una sequía) que hará que Alex se reivindique heróicamente para salvar a los animalitos.
Si antes comparé Madagascar con Shrek, si hay algo en lo que no se parecen, es que si hay una entrega destacada del ogro, es la primera, la segunda es regular, y después es porquería más porquería; sin embargo, pareciendo que Dreamworks le prestó menos atención a la secuela de Madagascar, ahora no es el director Tom McGrath el encargado del guión, como en la primera parte, sino Etan Cohen, quien antes había trabajado en series como Beavis & Butthead o American Dad, y pese a que no se vuelve una joya comparable a los máximos hits de Disney, supera con creces a su antecesora, siendo ya una película aceptable, con un nivel de entretenimiento decente, que se ve dedicada a profundizar en historia y calidad, y lo logra; un buen material para los pequeños cinéfilos, que no aburrirá a sus compañeros adultos al verla.
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