Con el éxito de la experimental Eraserhead, y con el éxito comercial de Elephant Man, los productores se peleaban por trabajar con David Lynch, así que el que logró comprarlo ésta vez fue el italiano Dino De Laurentiis, quien tenía ganas de volver la novela de Frank Herbert "Dune", en el siguiente proyecto estilo Star Wars, volviéndola la siguiente gran franquicia del cine de ciencia ficción, a lo que Lynch aceptó con la condición de que Laurentiis le financiara una segunda película cuyo control creativo quedaría completamente en las manos del director, Laurentiis aceptó... Y ¿cómo no? tras haber destituído del mando del proyecto a quien antes estaba, el director Alejandro Jodorwsky, quien según traía un proyecto Dune que mezclaba a sus cinco samurais (Dalí, Orson Welles, Chris Foss, Pink Floyd & HR Giger) más el control artístico del dibujante Moebius, pero luego de cinco años no hizo nada para concretar.
Sobre una guerra intergaláctica por el planeta Arrakis, y la huída del principe Paul frente a una serie de desconciertos políticos intergalácticos, la trama se muestra cortada, chafa, y como hecha porque sí, casi casi al aventón; y esto debido a que la película original tenía una duración de ocho horas, capaces de crear bien la historia de Herbert, sin embargo, Laurentiis obligó a Lynch a cortarla para hacerla apta para el consumo comercial, terminándola en 137 minutos... teniendo como resultado una catástrofe comercial, creativa y crítica, siendo la peor película de Lynch, la última en el sector comercial, y un desastre como pocas veces se vio el Hollywood.
Aún con la participación de quien después se volvió su actor fetiche Kyle MacLachlan, Francesca Annis, Sting, José Ferrer, Patrick Stewart, entre otros, Lynch odió la cinta, y recomendarla es solo por el fanatismo que el director genera, pero la película es mala, mal contada y deprimente (no en trama, sino en construcción).
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