Dirigida por Gareth Evans la cinta se sitúa en el norte de Europa, principios del siglo XX en una sociedad retrógrada que parece haberle rehuído a la industrialización más que nada para crear una sociedad pura tipo amish que busque abolir impuestos y estigmas sociales a cambio de trabajo en grupo por el bienestar general.
La historia dentro de este microcosmos cuenta la odisea de Thomas (Dan Stevens), quien llega a esta isla para rescatar a su hermana (Elen Rhys) que ha sido secuestrada por la secta al mando; al llegar allá si irá dando cuenta de las raras tradiciones ahí radicadas que incluyen la ofrenda sangrienta, que termina siendo una revelación mayor pues la estabilidad en la isla la provoca una vieja que se alimenta de esta sangre y trae la cosecha a cambio del sacrificio. Thomas tendrá que asociarse con uno que otro pueblerino encontrando no solo maneras retrógradas y misóginas, sino perversión diabólica incomprensible al más puro estilo del cine maldito que hoy tanto abunda en las salas de horror.
Completando el cast con Micahel Sheen, Mark Lewis, Paul Higgins, Bill Milner, Lucy Boynton y Kristine Froseth, la cinta es una desventura sobre la maldad humana y universal, una delicia macabra de las que más gente debería estar hablando, y una rareza apropiada que se debería recomendar al manos de boca en boca... Desde este blog lo hacemos, aborden su lancha, vayan a Netflix y hallen esta isla que mucho misterio y desconcierto les traerá por sobre tanta cinta chafa que llega a salas que tan innecesarias terminan por ser.
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