Comenzando con una escena que pareciera un simple relleno, donde dos niños se pelean; la película trata de sus padres, reunidos para con civilidad hablar al respecto y acordar un regaño para el golpeador y resarcir cualquier daño que hubiera podido ocasionarse; PERO desde la actitud cínica del personaje de Waltz a la castrocidad del de Foster, la trama se empieza a complicar, haciendo explotar con esto a los primeramente calmados personajes de Reilly & Winslet, hasta que vómito, whiskey, celulares ahogados, entre otros infortunios pulen la trama para en solo el tiempo que dura la película ver a cuatro adultos, sus facetas y personalidades ser explotadas magistralmente tanto por el director como por los mismos actores, deleitando sin duda alguna a cualquier que se diga un verdadero amante del buen cine.
La película es absolutamente recomendable, y sin duda, sirve como absoluto testimonio de las eminencias histriónicas que son cada uno de sus intérpretes, por no mencionar el trabajo de Polanski, que a cada trabajo que realiza nos recuerda porque es un pilar cinematográfico y un referente obligado de los elementales de todos los tiempos.

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