Estelarizada por... ¿Quién realmente es el protagonista? ¿los chavitos alrededor del conflicto? ¿el que lo preve? ¿El narrador? ¿El viejo gritón que al final termina teniendo buen corazón? ¡¿quién?! y basada en el libro de Michael Lewis, The Big Short: Inside the Doomsday Machine, quien antes ya había tenido un proyecto nominado al oscar con la adaptación de Moneyball, la historia nos narra el conflicto económico de 2007-2008, rodeando esas fechas partiendo de cuando Michael Burry (Christian Bale), un analista economista con PhD analiza unos datos estadísticos y se da cuenta que un proyecto inmobiliario comenzado treinta años atrás iba a colapsar, explotando Wall Street, dejando a miles sin trabajo y miles sin hogar, así que apuesta en contra del proyecto inmobiliario, pese al escepticismo de su apostados y socios (Talvez por eso los traductores pensaron que Big Short significa La Gran Apuesta); alrededor de la historia de Burry suceden la de Mark Baum (Steve Carell), Jared Vennett (Ryan Gosling), Charlie Geller (John Magaro), Jamie Shipley (Finn Wittrock) y Ben Rickert (Brad Pitt), todos economistas, todos previsores del problema, todos pseudocool, todos igual de aburridos. El problema termina como todos sabemos que termina... y ya.
Seguramente prejuzgo por mi desconocimiento es ultracapitalismo del siglo XX, y que del cine de Wall Street solo la del Lobo de Wall Street se me hace entretenida... pero bueno, cualquier blog y reseñista habla con un estilo subjetivo, y yo cierro el texto diciendo que pese al intento de aligerar y volver rápida la trama, para mí es uno de los peores trabajos de McKay, a quien recomendaría volver a la comedia boba de siempre y dejar de tirarle a volverse de la élite cinematográfica y fin.
Vi la película por formar parte del catálogo de premios, y sería la única razón por la que yo recomendaría verla, solo para que no les falte ninguna de la temporada por ver, y completar su colección anual.

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