Pasar de las películas de Anchorman y Step Brothers es algo propiciado por la casa productora de Brad Pitt, Plan B Enterteinment, acto que le llevó a volverse de los directores/creadores en la mira para la temporada de premios 2015/16, pese a que al final, pese a lo que diga quien diga, el más nuevo trabajo de Adam McKay es una pieza confusa, aburrida y hasta wanabe de una mezcla entre las conocidas películas sobre Wal Street más el estilo noventero de Oliver Stone.
Estelarizada por... ¿Quién realmente es el protagonista? ¿los chavitos alrededor del conflicto? ¿el que lo preve? ¿El narrador? ¿El viejo gritón que al final termina teniendo buen corazón? ¡¿quién?! y basada en el libro de Michael Lewis, The Big Short: Inside the Doomsday Machine, quien antes ya había tenido un proyecto nominado al oscar con la adaptación de Moneyball, la historia nos narra el conflicto económico de 2007-2008, rodeando esas fechas partiendo de cuando Michael Burry (Christian Bale), un analista economista con PhD analiza unos datos estadísticos y se da cuenta que un proyecto inmobiliario comenzado treinta años atrás iba a colapsar, explotando Wall Street, dejando a miles sin trabajo y miles sin hogar, así que apuesta en contra del proyecto inmobiliario, pese al escepticismo de su apostados y socios (Talvez por eso los traductores pensaron que Big Short significa La Gran Apuesta); alrededor de la historia de Burry suceden la de Mark Baum (Steve Carell), Jared Vennett (Ryan Gosling), Charlie Geller (John Magaro), Jamie Shipley (Finn Wittrock) y Ben Rickert (Brad Pitt), todos economistas, todos previsores del problema, todos pseudocool, todos igual de aburridos. El problema termina como todos sabemos que termina... y ya.
Seguramente prejuzgo por mi desconocimiento es ultracapitalismo del siglo XX, y que del cine de Wall Street solo la del Lobo de Wall Street se me hace entretenida... pero bueno, cualquier blog y reseñista habla con un estilo subjetivo, y yo cierro el texto diciendo que pese al intento de aligerar y volver rápida la trama, para mí es uno de los peores trabajos de McKay, a quien recomendaría volver a la comedia boba de siempre y dejar de tirarle a volverse de la élite cinematográfica y fin.
Vi la película por formar parte del catálogo de premios, y sería la única razón por la que yo recomendaría verla, solo para que no les falte ninguna de la temporada por ver, y completar su colección anual.
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