Robocop y su amiga Anne Lewis siguen defendiendo a la ciudad de la criminalidad, pero entre que la ciudad está en quiebra, el gobierno es corrupto, la violencia y la delincuencia va de los niños a las prostitutas, y una nueva droga tiene a todos estupidizados con conseguir el producto, un grupo llamado Nuke controla todo el mercado del crimen en cada esquina de la ciudad; Robocop empieza a tener crisis de identidad sobre si es o no es un humano, y la compañía OCP empieza a trabajar en un nuevo modelo de Robocop, que impedirá a éste sus impedimentos de realizar sus tareas por sus crisis emocionales.
Sí, en muchos aspectos es mejor que la primera, aún con sus idioteces de estilo como el desesperante caminar de Robocop como si todo el tiempo bailara el baile del robot, y hasta un chiflidito mientras él y el villano máximo de la cinta (Cain) caen por un edificio, pero no perjudican a la película y su objetivo de volver a Robocop un ícono noventero.
En cuanto a la historia de Miller, años después se rescató el guión original y se llevó a cabo en cómic, encontrando finalmente el porqué de Kershner para no llevarlo a cabo, y el motivo es que si se hiciera ahora podría considerarse dentro del género de la ultraiolencia, directa para un público adulto, mientras que en aquella época simplemente se catalogaría como X y he ahí la infilmabilidad, solo contexto inadecuado...
Entonces con menor cantidad de absurdos, mejores efectos especiales y un transfondo mil veces mejor que el de la primera parte, Robocop 2 puede ser la mejor película del robopolicía que se haya filmado. Recomendable con cautela (de que los efectos sí pueden verse medio sosos, y las frases clitchés cansaría al más fan de los superhéroes); pero véala a sabiendas de lo que va a ver.

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