Estelarizada por Hawkeye (Jeremy Renner) y Gemma Arterton como Hansel & Gretel, y dirigida por el creador de la serie de Dead Snow, Tommy Wirkola, la película nos narra lo sucedido después y alrededor del relato que todos conocemos; los niños se pierden en el bosque, llegan a la cabaña de dulces, afrontan a una bruja, la queman viva en su horno gigante, y ya de ahí se vuelven temerarios huérfanos cazabrujas, que van adquiriendo su renombre. Sus papás desaparecieron luego del incidente, así que deciden no hablar al respecto para no entorpecer sus tareas.
La historia de la película inicia cuando Hansel salva a una chica llamada Mina (Pihla Viitala) de ser quemada por el sherriff de un pueblo (Peter Stormare) que la acusa de ser bruja; como H&G son expertos en eso, no ven mal en ella. Es en este mismo pueblo donde son contratados debido a la creciente cantidad de niños perdidos a causa, presuntamente, de las brujas. H&G investigarán el caso, encontrando que un gran ritual se prepara bajo el mando de una bruja superior (Famke Janssen), y los dos hermanos tendrán que detenerla, encontrando en el proceso verdades superiores a las que esperaban hallar.
Completando el cast con Zoe Bell, Derek Mears y Thomas Mann, y terminando con su usual score de Animal Alpha (ver Dead Snow), extrañamente H&G Witchhunters se vuelve un clásico del género de los darkremakes, pues, sin ser una excelente película, marca una pauta a una tendencia fílmica que se ha repetido tantas veces el los últimos años a manera de B-Blockbusters, que tiene una amplitud de explotación tal que podríamos llevar hasta a lo que ahora Disney está haciendo con sus nuevos live actions que inician con Maléfica en una recontextualización que dió paso a lo hecho después menos deformadamente en Junglebook y La Bella & la Bestia...
Como sea, es recomendable conocer lo hecho por Wirkola y verlo en esa perspectiva a largo plazo que ha causado una película que bien podría tener como propósito la simple diversión y nada más.
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