La cinta toma de protagonistas a Dane DeHaan y Cara Delevigne, contándonos una aventura donde se nos da un bastante claro acercamiento a su universo de una manera visualmente majestuosa, como solo el director de otra inmensa ópera galáctica (5° Elemento) nos debería brindar. Esta anécdota nos narra la triste destrucción del planeta Mul, un bellísimo lugar donde viven unas creaturas felices que disfrutan el territorio donde les ha tocado existir. Sin embargo, a causa de una guerra el planeta se ve comprometido y muchos de los habitantes tienen forzosamente que exiliarse en busca de un nuevo despertar. Valerian (DeHaan) y Laureline (Delevigne) son dos agentes espaciales al servicio de una alianza intergaláctica increíblemente narrada al ritmo de la Space Oddity de Bowie, alianza que deribó en la increíble Ciudad de los 1000 Planetas, una estación espacial donde conviven seres de todas las razas en favor de su convivencia espacial. Los protagonistas son enviados a una misión que les hará cuestionarse sobre la misteriosa desaparición del planeta Mul, haciéndoles darse cuenta de que tras su tragedia se haya un caso de conflicto político que podría fragmentar la tan esmerada paz galáctica transespecie que parece existe en ese universo. Ahora los héroes tendrán que hallar la solución al problema con el que se toparon.
Si algo hay que aplaudir es el gigante indie que Besson consiguió, aplausos infinitos; sin embargo la difusión que se le dio la hizo ver dentro del género B de la ciencia ficción, al lado de fiazcos como John Carter o Warcraft, cuando la intención del director era no solo compararse con su moustro espacial anterior, sino con la misma Avatar, con Guardianes de la Galaxia o Star Wars, lo cual sin duda consigue en cuanto a formulación de este nuevo universo fílmico.
Se le ha criticado que la historia no es buena, sin embargo, creo que es más que nada el casting a DeHaan el que no ha sido acertado, pues mientras Delevinge -quien se redime del bodrio de Suicide Squad- y el resto del elenco (Clive Owen, Rihanna, Ethan Hawke, Herbie Hancock, Kris Wu, Rutger Hauer, John Goodman, Elizabeth Debicki) encajan perfecto con los perfiles seleccionados, DeHaan más que héroe se siente sidekick, antihéroe, secundón -no por nada era de lo mejor de Amazing Spiderman- sin embargo de a galán espacial se queda lejos del perfil alfa que el cine nos ha acostumbrado -igual pudo ser un héroe diferente, pero como salvador universal clásico no termina cuadrando-, dejando el resto a la magnificencia visual y organizativa de este nuevo todo que un director de la talla del encargado no tenía porqué no conseguir.
La película entonces es un tanto menospreciada, pues la oda espacial termina siendo una experiencia bastante grata; sin embargo entre la mala crítica, mala distribución, y mal cast protagónico es donde se tropieza con sus propios pies. No obstante es mucho mejor que cualquiera de las Space B mencionadas o hasta su competencia en turno Ghost in the Shell. De si es comparable con el 5° Elemento, Star Wars, Avatar o Guardianes de la Galaxia, talvez en aspectos, pero ya en su totalidad sigue quedando corta para ser ese gran nuevo momento que pudo haber sucedido con la magnitud de proyecto que fue.

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