Dirigida por uno de los personajes más importantes del cine mexicano de los últimos tiempos, Diego Luna, y ayudado en producción por su charolastra favorito Gael García, además del apoyo total incondicional de uno de los personajes que se ha sumado a su movimiento en pro del cine y teatro mexicano de alta calidad, John Malkovich, la cinta nos narra la lucha del mexico-gringo Cesar Chavez, interpretado por Michael Peña, quien peleaba por la igualdad de derechos para los trabajadores del campo del sur de los estados unidos, todo en contra de los prejuicios y racismos gringos en contra de los mexicanos, recibiendo apenas ayuda de unos cuantos norteamericanos, entre ellos el senador Robert Kennedy (Jack Holmes), y el peso de un blanco puño de la ley por parte de los dueños de los plantíos, liderados por Malkovich, y socorrido incondicionalmente por el sherriff Smith (Michael Cudlitz), todo motivado por un claro desprecio contra los espaldas mojadas que llegaron a imposibilitar la vida de los "pacíficos y justos" norteamericanos promedio.
Completando el cast con América Ferrara como Helen Chávez, y una destacada Rosario Dawson como Dolores Huerta, además de contar con Héctor Suárez, Yancey Arias, entre otros en roles secundarios, la cinta, como todos los proyectos de los charolastras de Canana es muy bien enfocada en su propositivismo, sin embargo, pudiéndose comparar con películas como 12 años de Esclavitud, entre otras de luchas sociales, la película no logra ser lo que debería de ser, en nivel compositivo, emocional, y en estructura total, sirve más bien de una manera documental para los tantos tontos que no conocíamos la lucha de Chávez por la dignidad de nuestro hermanos al norte, pues desde las actuaciones de Malkovich y Peña en los roles principales, la cinta nunca logra crear un destacado heroísmo o villanismo como quizás un obvio tendencismo de cintas como ésta debería de causar, por lo que juzgando cruenta y talvez injustamente, pero un tanto objetivamente, la cinta es más un documento de información que de genialidad artística, Luna hace un buen papel narrándonos esa contienda por los derechos más básicos, pero no un destacado trabajo como creador de un contenido creativo...
La cinta es recomendable en ese aspecto, y se desea que más adelante Luna se supere a sí mismo, y esa justa admiración que muchos sentimos por él sea propulzada al nivel que debe, y no solo se le recuerde como buen actor y accionista del mundo del cine, sino también como creador del mismo.
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