sábado, 27 de mayo de 2017

Pirates of the Caribbean: Dead Men Tell no Tales (2017)

También conocida como La Venganza de Salazar, y no como una mala traducción al español, sino literal realmente en inglés tiene 2 títulos, es una película del dueto noruego que antes triunfara por Kon Tiki, Joachim Ronning & Espen Sandberg, quienes se vuelven parte de la franquicia más importante sobre aventuras pirata, y tratarán de salvarle tras la patética cuarta parte, On Stranger Tides.
Teniendo como línea de continuidad a los más básico Johnny Depp como Jack Sparrow, Geoffrey Rush como Barbossa, y Kevin McNally como Gibbs, la película se anuncia como retornadora de parte del perdido cast (Keira Knigthley & Orlando Bloom), prometiendo el regreso a lo que las mejores entregas solían presentar ¿Lo logra?
Aproximadamente 20 años después de que Turner (Bloom) dejara a Elizabeth (Knightley) embarazada para continuar con el trabajo de Davy Jones, el hijo (Brenton Thwaites) ya crecido se propone eliminar la maldición de su padre para que pueda volver al lado de su familia -¿Qué no la maldición de Davy lo había salvado de la muerte, y a parte no le afectaría tanto porque él sí cumpliría con la labor que Jones no quiso continuar? ¿Porqué Will debe de escapar de magia que le salvó de la muerte? ¿Tortugas marinas?-, y para lograr esto ha leído que si consigue el tridente de Poseidón cualquier hechizo marítimo puede romperse, y para conseguir la reliquia necesitará la ayuda de quien antes ayudara a sus padres, Jack Sparrow (Depp).
En esta entrega Jack ha tocado fondo, ya ni su tripulación le respalda, ha llegado al extremo de cambiar su brújula mágica por una botella de ron que rápidamente se le rompe; al chavito le ayudará no por ser bueno, sino porque el Will Jr le salva de la guillotina, huniéndose de la misma manera una nueva personaje, Karina (Kaya Scodelario), quien con su inteligencia les ayudará a encontrar la ruta hacia el tridente; sin saber que a la par, al momento de que Jack intercambia la brújula libera al Capitán Salazar (Javier Bardem) de una jaula en el triángulo del diablo, iniciando una jornada en la búsqueda de Sparrow, quien los atrapó en esa maldición mucho tiempo antes, condenándoles indefinidamente; Barbossa (Rush) se entera de todo y se una a la persecusión de Sparrow, enredando cada vez más la historia, safándose a cada segundo de cualquier lógica entablada entre la segunda y tercera parte...
La aventura se ensuciará cada vez más de deux-ex-machinas, faltando al respeto a lo mejor que se haya dado en la franquicia, no solo presentando a un Sparrow exagerado, casi caricaturización de sí mismo, sino reflejo de los malos momentos que Depp ha pasado en su vida personal, y la falta de conocimiento de los noruegos sobre la historia en la que les invitaron a participar. El colmo lo hayamos cuando los leitmotifs del soundtrack son extraños, y no tienen la presición que antes Hans Zimmer imprimiría en lo que alguna vez fue uno de los mejores soundtracks de la historia del cine; en esta ocasión el compositor a cargo es un protegido de Zimmer, Geoff Zanelli, quien pese a respetar los temas básicos, no se siente tan fluido y épico como antes el dueto Zimmer-Verbinski consiguiera.
Honestamente yo iba con la esperanza de que esta fuera la entrega que regresara a la saga por buen camino, la que hiciera ver a las anteriores, las clásicas, como mockbuster, el tráiler que vimos en el superbowl nos había emocionado como hace mucho no lo hacíamos, cuando Knightley salió en los siguientes teasers parecía que algo fantástico estaba por suceder.... dormité más de una vez...
Los actores se sienten forzados, el villano sobrante e innecesario, los cameos deficientes -y hay más de los que uno esperaría ver, sí, aún hay más fuera de la pésima escena de Paul MacCartney como el tío de Jack- las líneas para con las otras entregas, incluso los que la ligan con la cuarta entrega, son mediocres e ignorantes, los chistes reiterativos y torpes, el soundtrack es impreciso, y se nota que el trabajo directoral solo se realizó por lo que sea que les hayan dado a los noruegos por la continuación de la franquicia... no quisiera que fuera el final, no así, pero si ya nadie se animara a producir a la que antes dignamente compitió con grandes sagas del género como Harry Potter o Lord of the Rings no lo vería como sorpresa sino competencia... ojalá una última entrega redima todo, y que contraten a Verbinski buscando dar un digno final a las aventuras de Jack Sparrow...
La película es recomendable para los curiosos, pero estense conscientes que no hallarán la magia que los hizo fans hace ya más de una década, lo único que queda es la codicia de Hollywood que nuevamente se ha vuelto la inyección letal de los proyectos gigantes que marcaron nuestro amor por el séptimo arte.














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