Sobre estas amigas que van a todos lados juntas, aún cuando Lorelei se casa con un viejo rico, quien la manda espiar, Lorelei se la pasa de lecho en lecho buscando al hombre que más joyas le pueda ofrecer pesándole a quien le pese; teniendo a su amiga para entretener/enamorar al detective que la cuida (Elliot Reid), quien al final justifica todas las acciones de la película diciendole al viejo esposo de Lorelei que " a poco no, si usted fuera padre de ella no le gustaría que ella buscara a un hombre por su dinero, para asegurar su futuro y su felicidad", siendo esta la justificación más patética para el actuar oportunista y malicioso que se haya visto hasta en las novelas más oscura del Marqués de Sade.
La cinta es un clásico imperdible, que nos ayuda a denotar el extremo femenino de los 50´s (el masculino podría ser James Dean en Rebelde sin Causa), proponiendo a las mujeres ser superfluas, tontas, dependientes, superficiales y un inevitable propulsor de la misoginia del que las feministas (después tornadas a feminazis) tratarán de sacar a la mujer los años por venir; más con todo ésto, la cinta es recomendable como estudio de la década y del personaje que Monroe representaba.

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