domingo, 11 de febrero de 2018

Darkest Hour (2017)

Continuemos con las reseñas de la temporada de premios 2018; en esta ocasión: La Hora más Oscura. Si esta película ha destacado en las premiaciones iniciales es sin duda la actuación de Gary Oldman como el ícono de la historia, no solo británica, sino mundial, Winston Churchill.
Perfecta también para ser mostrada este año tras el estreno de Dunkirk de Christopher Nolan; ésta cinta dirigida por Joe Wright podría ser el otro lado de la historia inglesa, pues mientras que en la de Nolan se narra lo ocurrido como resistencia en la costa francesa; en la de Wright se centrará en la perspectiva del congreso inglés y todo político inmiscuido en un momento tan crítico en el tiempo de la segunda guerra mundial.
La historia inicia con la destiución de Chamberlain (Ronald Pickup) y el rechazo del conde Halifax (Stephen Dillane) de ser el primer ministro inglés en esta etapa de la isla. La ocurrencia de ministro entonces es Churchill. Churchill tendrá no solo que lidiar con la crisis europea, sino con sus propios demonios de sus errores militares en Gallipoli y el rechazo que ésto le trae entre los otros partícipes de su ministerio de guerra. El problema de Dunkerque sucederá en medio de esto, y ante la gran pérdida de soldados, Halifax insistirá en negociar con los italianos para pactar paz con Hitler. No obstante, Churchill tendrá que encontrar fortaleza para que la defensa de las libertades inglesas prevalezcan ante la tiranía nazi que cada vez se ve más cerca.
Completando el cast con Kristin Scott Thomas, Bill Mendelsohn, Lily James, entre otros, es sin duda de Oldman de quien el proyecto entero dependerá... así que analizando antes, no hay ningún contra contra ninguno de los otros actores que le acompañan, destacando la participación de Lily James por sobre el resto; no es que la construcción cinematográfica de Wright no sea magnífica, con una maestría que no le pide nada a ninguna biopic de la que tengamos memoria, haciendo que un dilema político y meramente retórico discursivo tenga una tensión narrativa bélica digna de ponerse al lado de una producción llena de acción como lo fuese la misma Dunkirk; es que, si bien sabemos que Oldman cada proyecto al que entra deja una de las millones de almas que guarda en su buró de interpretaciones, es en Churchill donde su genialidad parece llegar al tope, encontrando no sé si como primera o última palabra calificativa la de ESPLÉNDIDO. El actor logra transmitir una tormenta de conflicto por sus gestos, sus poses, su acento, el robo entero de la esencia de la leyenda de la WW2; si no ha llegado a su límite de magnificencia, estamos llegando a la cumbre de su carrera, y si acaso alguien negara que ha sido el mejor actor del año, sería el robo más grande que se hubiera dado en el medio. Extra a eso habremos de decir que la caracterización para pasar del Oldman regular al Churchill de esta cinta es exquisita y de una calidad increíble y trascendental.
Obviamente la película es enteramente recomendable, es una joyísima del género, tanto bio, como drama, como bélico, como WW2; un nuevo clásico que debemos de agradecer a sus partícipes, y una dignísima partícipe de la temporada. ¡Valiosísima!










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