Anunciada como la última interpretación de Sean Connery como James Bond, dirigida por Lewis Gilbert, y con un guión de Roald Dahl, la cinta ahora se traslada a Japón, y tendrá una de las más inesperadas tramas que hasta ahora hayamos visto en ésta franquicia que ya entraba en estos tiempos entre las más grandes superproducciones cinematográficas jamás hechas.
Comenzando nuevamente con el conflicto de la guerra fría, en el espacio, una misión gringa es saboteada cuando una nave desconocida se traga la nave norteamericana, por lo que a los primeros que Estados Unidos culpan es a los rusos, sin embargo, Reino Unido cree improbable eso, pues Rusia dice ser aliado de ellos; por lo que piden tiempo a los occidentales para mandar a su mejor agente a Japón, donde se cree aterrizó la nave tragadora conflictiva. Obviamente ese mejor agente es el 007, quien en ese momento se encontraba en Hong Kong, con una chica en pleno ligue; pero todo sale mal, ella le traiciona y un grupo de pistoleros entra a donde están y le disparan hasta morir.
Sí, el 007 ha muerto ¿o no?
Es el funeral del agente, tiran el cuerpo al mar en una bolsa de cadáveres, se anuncia en los periódicos, pero inmediatamente le rescatan buzos y le llevan con M (Bernard Lee), quien le dice la situación y le envía a Japón a encontrarse con su contacto allá, Tanaka Tigre (Tetsuro Tamba), a quien reconocerá con la clave que Moneypenny (Lois Maxwell) le da "I Love you". Llegando allá, al lado de la agente Aki (Akiko Wakabayashi) descubre que los principales sospechosos son los de la empresa Osato, dirigidos por el señor Osato (Teru Shimada), y su femme fatale Helga Brandt, aka #11 (Karin Dor). Así que Tigre, Bond & Aki comienzan a indagar que es lo que planean; en el inter los terroristas en turno secuestran ahora una nave rusa, complicando más todo; y una vez que Aki cae en batalla se muestra quién es el que está detrás del complot: Ni más ni menos que Ernst Stavro Blofeld aka #1 (Donald Pleasence), el hombre del gato blanco, que finalmente da su cara, y tendrá su tan esperado encuentro con el 007 en uno de los más espectaculares finales que la saga haya visto.
Entonces por eso se llama "Solo se vive dos veces", por esa forzada muerte veloz al inicio del film... y porque #1 se lo dice a Bond en su encuentro... y ya....
La película empieza sorprendente, inesperada, pero conforme vamos adentrándonos a las partes de indagación se va volviendo lenta y aburrida, y hasta con tonos excesivos de innecesaria misoginia; sin embargo, una vez hallan la guarida de los malosos la película empieza a superar a todas sus anteriores como avalancha de emociones, pues desde el descubrimiento de que Spectre está detrás de todo, la aparición del rostro de su líder, y el espectacular despligue de refuerzos de Tanaka, la cinta repone todo el cansancio medio y la vuelve un absoluto clásico del cine de acción que pondría en ridículo a infinidad de cintas de aquellos tiempos, de éstos, y de los que seguirán.
La película entonces es recomendable con esas precauciones, pero una vez pasado el tedio de la mitad el final vale por mil, y seguro agradará hasta el más negativo escéptico de la franquicia.
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