Dirigida por Steven Sodenbergh, musicalizada por David Holmes e incluyendo el cast original que ha aparecido en la saga completa (George Clooney, Brad Pitt, Casey Affleck, Matt Damon, Andy García, Don Cheadle, Bernie Mac, Elliot Gould, Scott Caan, Eddie Jemison, Vince Cassell, Shaobo Qin y Carl Reiner) menos Catherine Zeta Jones y Julia Roberts, la gran trilogía de robos lega a su fin tratando de unir todos los puntos posibles para dar cierre a uno de los proyectos a los que Hollywood más le ha invertido en los últimos años, solo por tener el cast más élite antes de los tiempos de la era de los superhéroes.
Reuben (Gould) está en el hospital, ha decaído luego de que un nuevo personaje, Williy Bank (Al Pacino) lo enredara en tratos mañosos que lo dejaron en la ruina; Ocean (Clooney) y sus amigos se sienten indignados ante la situación y deciden vengarse estafando y destruyendo la imagen del nuevo casinero; solo que al ya no contar con el apoyo financieron de Reuben tienen que recurrir al exmalvado Benedict (García), quien, como siempre pone su codicia y condiciones raras para auxiliarles; en esta ocasión les pide robar un collar de diamantes que Bank valora por sobre todas las cosas. Los once (pues realmente el grupo en ninguna secuela se modifica) tendrán que hacer de las suyas para burlarse en la cara de un villano aún peor que los antagonistas anteriores.
Si sí es mejor que la película 2 ¿o 12?, no tiene la fuerza de la primera, ni el estilo, ni el alma, igual se siente un producto forzado para exprimir el éxito original de una saga gastada, de la que pareciese no se le pudiera sacar más. Como sea es entretenida y el clímax es cool, pero no llega a la fuerza original y su repercusión cinematográfica se basa en lo ya visto, la bienhechura de Sodenbergh y la buena musicalización y rítmica de Holmes, pero en historia nomás no levanta...
Es recomendable domingueramente hablando o para concluir con la trilogía original y dar cierre a la aventura de Ocean.
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