sábado, 4 de abril de 2015

Annie (2014)

Dirigida por Will Gluck y producida por Will Smith, Jada Pinkett Smith, Jay Z, entre otros, la nueva versión del musical de 1977 de Charles Strouse basado a su vez en el cómic de 1924 "Little Orphan Annie" de Harold Gray, es una polémica adaptación que va de nominación a los globos de oro, y ganadora de peor remake en los Raspberries 2015, pero hacia donde tirarle ¿a los que serían los segundos más importantes premios del gremio o a la instauración del hater trolling institute? Reseñemos, opinemos y veremos qué sale...
Pasando de la historia original a un contexto actual de consumismo extremo, Annie (Quvenzhane Wallis) no vive en un orfanato, sino en una foster house, dirigida por Miss Colleen Hannigan (Cameron Díaz), quien es una cantante frustrada vuelta oportunista medio golfa y alcoholica que cuida a niñas sin familia a cambio de que el gobierno le de $157 dolares a la semana por cada una que adquiere; a la par se va desarrollando la historia de Stacks (Jamie Foxx), un millonario empresario de celulares que ambiciona ser alcalde de NY para consolidar su poderío, sin embargo, debido a su actitud altanera y hasta discriminativa, su popularidad va en picada, cosa que puede solucionarse por lo que a nadie se le hubiera ocurrido ¡Sí! Se encuentra a Annie y la adopta ¡Wow, qué giro! Annie mejora su campaña, su ternura hace que realmente la quiera adoptar, pero el final nadie lo verá venir...
Sí, lo sé, es predecible porque es una historia universal, así que el jurado hará caso omiso a los sarcasmos... Empezemos con los pros: Para empezar podemos poner ante todo que sí, sin duda Quvenzhane es la niña más tierna que existe en la farandula y creo nadie lo puede negar, talvez solo fue su sonrisa lo que volvió locos a los de los globos de oro... También podemos mencionar que de no ser por el primer punto en contra que estoy por mencionar la cinta sí tiene potencial de volverse un nuevo clásico de chavitos en la categoría de Juego de Gemelas o Ricky Ricón (la versión de los 90´s) que no son obras de arte cambiarían el mundo, pero sin duda será un grato recuerdo generacional para los chavitos en curso... ¿pero qué es ese punto en contra que menciono? Las canciones. Sí, lo sé, en este blog jamás hemos aplaudido el contenido de los musicales, pero objetivamente podemos decir que hay productos musicales como el 90% de las películas de Disney o la reciente Los Miserables, en las que la composición final es tan sorprendente que no se les puede juzgar por existir y de repente cantar algo que ni en la radio dejaría; sin embargo, fuera de las canciones que todos conocemos del musical, donde Annie canta solita y con sus amiguitas, las canciones se sientes extremadamente obligadas, disrruptivas y en ocasiones hasta tontas, siendo como las cerezas del pastel para un cumpleañero alérgico a las cerezas, haciendo que todo lo bueno de la cinta se perjudique, y hasta justificando el raspberry que gana, al cual tratamos de evadir con toda la fuerza solo recordando la latente actuación de Wallis... que talvez ayude a ese lugar generacional del que hablo, pero eso solo las generaciones ahora pequeñas, y mañana críticas nostálgicas lo podrán decidir...
Mientras tanto podemos mencionar que la producción no solo consigue un excelente elenco principal, al que, a parte de los mencionados, también contiene a Rose Byrne, David Zayas, entre otros, y una lista de cameos que solo los Smith hubieran podido conseguir, como los de Michael J Fox, Rhianna, Mila Kunis, Ashton Kutcher, Sia, entre otros, dando todo de sí para que su pequeño proyecto se vuelva un titánico esfuerzo para demostrar que la Annie negrita es un producto tan legendario como la pelirroja lo fue en un tiempo atrás no muy lejano realmente; sin embargo es ese producto final, seguro en el trabajo de Gluck lo que perjudica ese máximo esfuerzo y vuelve la cinta tres puntos suspensivos que los pros mencionados sí ayudan a que el premio a peor remake sea una exageración, pero esos contras la ponen contra la pared para con el público adulto, y no la salvan en su camino a la consolidación, esperando ver si talvez en un segundo intento los productores consigan esa legendaria ganancia esperada, o que el tiempo haga lo suyo, y la generación para la que fue hecha le dé su lugar correspondiente, redimiendo el trabajo mal hecho de Gluck, y quizás sea un clásico de la filomografía de la que en el futuro sí podría consolidarse como es la encantadora nueva Annie, Quvenzhane Wallis.
Por lo que la cinta sí puede ser recomendada para los pequeños, pero sin que el papá espere la mega obra cinematográfica que hubiera podido ser; y al final, ellos serán los verdaderos críticos en los peldaños del tiempo del cine inmortal que solo las generaciones para las que las cintas fueron creadas podrán definir el valor real película por película.












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