Este año llega la siguiente versión, la francesa dirigida por Fred Cavayé; ésta versión es producida por el mismo Netflix, y parece haber sido la versión que más se distribuyó en Estados Unidos con el nombre de Nothing to Hide -están igual de idiotas en las traducciones que los mexicanos- Esta versión es la más seca de las tres primeras versiones, sin embargo no disminuye en calidad pese a los agregados que el guión parece haberle anexado -hablan demasiado de su asquerosa comida-; otro extra en esta versión es el personaje de Ben, quien viene a sustituir a Pepe, el personaje sin pareja que es gordo, alegre y sarcástico acá es un gordo apagado que o bien podría representar a un filósofo depresivo o a un asesino en serie... seguramente lo que Cavayé quizó enfatizar era el hecho de que se supone que toda la vida ha sido bulleado, sin embargo lo hecho en las versiones italiana y española es difícil de superar, en Francia, México o donde se rehaga.
Como las otras dos versiones, la premisa continúa igual, otravez vuelve el eclipse de luna, se reúnen los siete amigos y hacen el juego de checar los celulares. En esta versión que estelarizan Berenice Bejo, Vincent Elbaz, Suzanne Clement, Roschdy Zem, Doria Tillier, Gregory Gadebois y Stéphane de Groodt, termina siendo también la más elegantiosa y posuda, todo debido al contexto de los personajes -ahondaré más en un texto que vendrá en el #26 de nuestra revista de opinión cinematográfica 237 Cinepensamientos Seculares-
Como sea, ésta versión no deja de ser menos recomendable que las otras, el guión de Genovese persiste a cualquier región del mundo y una tercera versión lo corrobora... -ya veremos la versión mexicana que es a la que más le temo por eso de los putos besos de ceniza y el elenco y director que les pusieron- Ésta versión también está disponible en Netflix, por lo que a pesar de haber visto las otras dos versiones sí vale la pena disfrutar... Córranle que casi acaba el eclipse lunar...
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