lunes, 2 de septiembre de 2019

Once Upon a Time in Hollywood (2019)

Recuerdo cuando conocí el trabajo de Tarantino, me volví fan al instante; a partir de entonces cada cosa que hacía lo amé más como él amaba la cultura de la que hablaba y nos hacía observar como sus ojos lo hacían; cuando vi Hateful 8 quedé fascinado con el nivel de maduración que ahora poseía, pero ya desde entonces el descontento surgió; y no de mi parte, sino de él... Si no recuerdan, en esos días se filtró el guión en internet, y el director perdió la cabeza en ira; ese día el buen hollywoodfílico se rebeló y su pasió se apagó. Hateful 8 es muy sobria e inteligente, pero no se siente la chispa que poseía antes, la cinta parecía augurar algo más teatral, pero al final terminó siendo como cuando un buen hijo hace algo malo, y los papás hacen como que no pasó pues es un buen chico... Muchos hablan de un legado, un autohomenaje, un proyecto extremadamente íntimo... más bien nos cegamos a quién es y no somos objetivos, pero por el contrario, a alguien como él se le juzga por quién es... fuera cualquier nuevo prospecto pues es interesante, inteligente, cool, pero Tarantino es un adjetivo por sí mismo, y solo él tiene la culpa de esto mismo, pues el artista se autodefine, y cuando llega a un lugar tan magnánimo como él, es imposible juzgarle o definirle de otra manera... Todo lo que queda es un eufemismo para ocultar el hecho de la pérdida de la pasión o el descontento en su actuar, que si le seguimos en su recorrido noticioso cada vez le muestra más decepcionado y cansado, más lejano a la brillantía e inspiración que en algún momento encarnó.
Así que llega este controversial momento, ese que ni el trailer explica bien de qué trata, y bien podría porque se revelaría el gran misterio que la película infiere, pero les spoilereo que no hay tal; sí pasa algo relevante e inesperado al final, pero nada que vuelva loca a la audiencia, como sucediera alguna vez en Unglorious Basterds...
Si bien, el título habla de que estamos en un cuento de hadas, y el hecho de la elección de 1969 podría hablar de una postura contra la familia Manson como agentes nocivos de una contracultura que atenta contra su amado Hollywood, la historia no es tan transgresora como en algún momento declarara al director critiquísimo contra el holocausto nazi o la segregación racial en EU; en ésta, solo es una declaración menor casi tambaleante, que hasta bien podría ser cobarde.
Ya, ya, vamos a la historia. La cinta nos narra un momento en la vida del actor Rick Dalton (Leonardo DiCaprio) en 1969. Él siempre lleva consigo a su doble (Brad Pitt), a quien nadie contrata debido al rumor de que mató a su esposa, y en algún momento tuvo un problema con Bruce Lee (Mike Moh). Ambos pasean por la ciudad, buscan trabajos, toman, son buenos amigos, etc...
A la par se cuenta la historia de Sharon Tate (Margot Robbie), que pasea por la ciudad siendo bonita, viendo lugares pop, yendo al cine, divirténdose...
La unión de las historias se dará porque a Cliff (Pitt) se le ocurre subir a su carro a una de las hippies de la familia (Margaret Qualley), y ella le hace llevarla hasta los estudios Spahn, donde las cosas no salen tan idóneamente -pero tampoco tan fatales- y ya. Se vuelven a ver, se reconocen, pero el aspecto venganza, ultraviolencia y demás está muy limitado, y más tratándose de Tarantino...
Así que tres horas después de ver a Tate paseando por todos lados, en una pasarela por el conocimiento pop del director, a Pitt siendo un chalán galán, a DiCaprio tratar de ser relevante sin hacer nada relevante, tenemos la película más lenta e innecesaria que el director hubiera hecho... Sí, tristemente soy de los pocos que lo dice admitiendo que siempre he sido fan del director, pero lo que es es. Sí, homenajea la cultura pop en todo sentido; sí, pero lo hace en todas las otras películas sin sacrificar el ritmo y violencia tarantinezca que le caracteriza; sí, usa a los Manson como simbolismo de contracultura y atentamiento contra lo que ama; sí, pero no por eso debe buscar la irreverencia, hay directores que se dedican enteramente a los tiempos muertos y eso les caracteriza; sí, un artista debe evolucionar; sí, pero vimos su evolución en Hateful 8 sin sacrificar su esencia; sí, es un autohomenaje, sí, pero Tarantino es tan narcisista que se autohomenajea en cada segundo que filma, el cabrón se ama y ama lo que ama y nos lo recuerda hasta en los cortos que hace; sí, el todo femenino de la cinta puede ser una declaración al tache que se le ha hecho de misógino; sí, pero bien podría haber villanizado ese feminazismo de otras maneras menos aburridas; Tarantino ha hecho heroinas y villanas que trascienden la historia del cine, aportándoles personalidades como nadie más lo hace narrativa e histriónicamente hablando, es un genio... ahora parece que hizo algo solo porque tenía que entregar algo, todos lo vimos porque es él, todos actuaron porque es él, pero sin duda es el producto más deficiente de su filmografía...
Y con todo y todo cuenta con un elencazo que además contiene a gente como Emile Hirsch, Dakota Fanning, Bruce Dern, Luke Perry, Damian Lewis, Al Pacino, Lorenza Izzo, Damon Herriman, Maya Hawke, Danielle Harris, Zoe Bell, Michael Madsen y Kurt Russell, que pese a salir la mayoría instantes, seguro participan por ser instantes con Tarantino, pero OUATIH termina siendo la cinta menos tarantinezca que Tarantino haya filmado...
Así que no, no es una mala película, es interesante, está bien hecha, es referencial y bonita, pero no es tarantinezca en lo absoluto, y es eso a lo que me refería cuando a un artista se le juzga de acuerdo a quién es y qué ha hecho; si lo hubiera realizado alguien más otra historia sería, pero Tarantino ya entra en un status mayor y es de ahí donde se parte el juicio del artista, el juicio de la crítica, que debe ser objetiva para el crítico, pero no para el artista...Tarantino, que ya está en la historia al lado de gente como Kubrick, Kurosawa o Fellini, se ha vuelto un calificativo hasta aceptado en los diccionarios, y OUATIH no es contenedora de su carácter absolutamente... la cinta es cansada pero bella pero no tarantinezca, y ese es el cruel juicio cíclope que ha de asignársele a este cansado y enojado director... Según cuenta la leyenda solo le queda una película más por hacer, lo importante ahora no es la cantidad, sino la calidad, pues el cierre de la decena está por definirse, y es preferible que se tarde en sacarla a que haga algo de malas solo para presentar cualquier cosa...








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