Friday the 13th Part VII: The New Blood (1988)

Luego de que el personaje de Tommy Jarvis parecía poder salvar la franquicia, el director John Carl Buechler regresa a los básicos de la saga completa de Viernes 13, desechando todo lo realizado en la historia de Jarvis, y en cambio como competencia a Nightmare on Elm St 3 Dream Warriors y Nightmare on Elm St 4 Dream Master, el director ahora nos trae a Tina (Lar Park Lincoln), contraparte de la Alice de Freddy, una chica con poderes telequinéticos y premonitorios, que se volverá la nueva enemiga y liberadora de Jason Voorhees, trayendo una película llena de clitchés, racismo, sexismo y una trama vacía y aburridora.
Seis años después de Viernes 13 6, Tina, su madre (Susan Blu) y su psiquiatra (Terry Kiser) llegan a una casa de campo en Lago Cristal para seguir su terapia de medición del uso de los poderes telequinéticos de Tina que antes le costaron la vida a su papá; ya estando ahí, usando sus poderes, sin saberlo, Tina libera a Jason de su encadenamiento al que Jarvis le había sometido, desatando entonces el terror de cada año de la misma manera que siempre, matando a los sexosos, manteniendo a las mujeres en la cocina, a los negros copulando fuera de la cabaña (mientras los blancos usan las habitaciones de las mismas) y a los hombres divirtiéndose inocentemente mientras las chicas los desean.
Una grosería no solo a la saga, sino al público en general, aunque el no obstante de esta reseña vendría siendo que visualmente sí se nota gran mejoría entre la entrega pasada y ésta, desde la fotografía de Paul Elliot hasta la columna vertebral salida de Jason...
Si la saga suele ser burda, ésta es una de las peores, pues ni hablándose de risa se pueden dejar de lado las maneras en las que Buechler nos muestra su visión de las aventuras de Voorhees.
Solo recomendable para fans absolutos de la franquicia.