sábado, 10 de mayo de 2014

Where the Wild Things Are (2009)

Originalmente asignada a quien antes dirigiera cintas animadas de Disney como Pocahontas, Fantasia 2000, entre otras, Eric Goldberg, pero luego reasignada a uno de los más icónicos directores iniciados en videografías musicales, Spike Jonze, la película es una adaptación de los cuentos de Maurice Sendak, llevada a cabo tanto por gente disfrazada, como animatronix, como animación CGI, además de contar con las voces de James Gandolfini, Forest Whitaker, entre otros...
Sobre la historia de Max, un niño desastroso que le gusta hacerla de moustro y desespera a su mamá (Catherine Keener), por lo que ella lo regaña constantemente, disgustándole esto a Max, así que escapa y luego de un viaje en un pequeño barco llega al mundo de los moustros, donde los conoce y los convence de hacerle su rey a base de mentiras de poderes que Max no tiene, así que los distintos moustros, con distintas personalidades tendentes a los distintos estados de ánimo del niño, empiezan a tener aventuras distintas con él, siendo el moustro Carol quien se vuelve su mejor amigo, y esto debido a que Carol es tan impulsivo como Max, por lo que cuando se entera que el niño realmente no es rey empieza a reaccionar con berrinches y enojos que desmoronan el trabajo de Max como rey en el mundo de las creaturas salvajes, poniendo al pequeño en evidencia de qué tan mal se ve cuando se porta así, haciendo finalmente comprender la postura de su madre.
La consagración de Jonze como director se da entonces aquí, aún teniendo ya en su haber Being John Malkovich, pues ésta autentica pieza de arte lo desenmascara, situando el papel de Max como si él hubiera sido el niño que viajó, teniendo el comentario del mismo Sendak "Nunca vi una película que se viera o se sintiera así, es toda una mirada sin miedo a sí mismo. Es un verdadero artista demostrado por su trabajo, el que me ha tocado, me ha tocado verdaderamente"; y aún con la musicalización tan hipster, Jonze se muestra como el verdadero y auténtico hipster, no un wanabe, no un prospecto, uno sincero, un original, y si su obra no fuera hipster no sería de él, así que ésto la vuelve una pieza de arte honesta digna de la época y muy recomdable, tierna, inocente, contemplativa, linda.









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