martes, 18 de marzo de 2014

Inglourious Basterds (2009)

Luego de Pulp Fiction y Jackie Brown, antes que Kill Bill surgiera, Quentin Tarantino empezó a escribir un guión larguísimo que por su longitud y su magnitud aún no era tiempo para hacerse, por lo que siguió para hacer Kill Bill, luego Grindhouse, y llegado el momento, el extenso guión que daba para tres largas producciones, se recortó y empezó entonces el casting y el rodaje, para hacer seguramente la cinta más controversial del director más importante de la actualidad.
A manera de spaghetti western la historia narra las hazañas de un grupo gringo conformado mayoritariamente por soldados judíos llenos de odio por los nazis, conformado por Brad Pitt, Eli Roth, Michael Fassbender, entre otros, que viaja por Europa asesinando a los asesinos alemanes; mientras que un general despiadado, digno del óscar, interpretado por el magnífico Christoph Waltz, continúa con su tarea de cazador de judíos, y en su camino le toca asesinar a una familia entera francesa, pero una de las hijas, Shoshana, interpretada por Melanie Laurent, logra escapar, y en su exilio hereda un cine, donde el destino y el amor de un jóven nazi, interpretado por Daniel Bruhl, le llevan a estrenar una película propagandista alemana que cambiará la historia de la humanidad, gracias solamente a que Tarantino así lo quizo, y ya.
La ucronía de la película sin duda desconcertó a miles y asombró al resto, pero son esta clase de riesgos los que hacen de Tarantino un gigante, y en esta mega producción que ya le incluye a su héroe Ennio Morricone, quien queda a cargo del score, el director puede tratar a la historia como se le dé la gana, pues finalmente el cine es arte, y el arte es perspectiva, por lo que la verdad y la realidad son elementos que pueden utilizarse o dejarse de lado, todo a desición del autor.
Así que quien es innegable en talento y cualidades no podrá dejar de serlo jamás. Tarantino ES (no es una perspectiva, sino una declaración) EL director de cine vivo más importante en este momento, revolucionando el universo cinéfilo con cada película que hace, así que si usted le acompleja la violencia y las temáticas usadas por el director, piense que lo que él hace es tan artístico como un cuadro de Otto Dix o Delacroix, cuya magnificencia no depende de la sangre que la obra salpique sino en el significado de hacer esto. Tarantino siempre es recomendable, así que deje lo que hace y vea algo de él.








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