lunes, 11 de julio de 2016

Barbarella (1968)

Basada en los cómics de 1962 de Jean Claude Forest, la considerada en su momento como una gran falla en producción y actuaciones, a la fecha es considerada una gran película de ciencia ficción llegando al grado de película de culto, pues desde liberación sexual, su imaginería hasta su efecto sobre la cultura pop, la cinta dirigida por Roger Vadim bien podría ser un momento más del cine en general, pero el hecho de usar al ícono Jane Fonda, muy estilo a gogó, tratar de rehacer los escenarios del cómic con escenografías y hacer una temática tan sexual, ya tiene un gran efecto en las cintas por venir afectando del 5to Elemento a Guardianes de la Galaxia; pues en una era pre Star Wars y pre Dunas, todo bajo la línea de Flash Gordon regenera la historia del cine de ciencia ficción y da paso a conocer nuevas y apantallantes perspectivas sobre la vida en el futuro y la convivencia interplanetaria.
La historia narra el viaje de Barbarella (Fonda) en busca de un humano sabio perdido llamado Dr Durand Durand (Milo O´Shea) -de quien la banda Durán Durán saca su nombre- por el universo; primero encontrándose con un machote espacial hermitaño (Ugo Tognazzi)que habla como ruso, y le ofrece ayuda a cambio de hacer el amor; ella no sabe hacerlo, pues en la Tierra se cambió el sexo por una experiencia psicotrópica que se hace con las manos; ella le ofrece eso, pero el hombre no acepta, así que ella le concede el intercambio, y ya de ahí, ve que el sexo vuelve locos y revitaliza a todos. Luego su nave cae en un laberinto tipo Purgatorio, donde ayuda a un ángel a volver a volar gracias al poder de la penetración; y finalmente éste mismo (John Phillip Law) le ayuda a llegar a una ciudad llamada SoGo, gobernado por una malvada reina negra llamada Tyrant (Anita Pallenberg), a quien parece hay que derrotar para que les indique donde esta Durand Durand. En el trayecto conoce a la alianza revolucionaria, con quien también tiene sexo -pero del tipo pastillero-, que le ayuda en su batalla contra la reina, pero al final será su inocencia humana la que le ayude a zurcar todas las pruebas que el destino le pone en su aventura sexoespacial.
Sí, medio burda, demasiado hippie, demasiado a gogó y sin un sentido sci-fi como el género nos tiene acostumbrados en el siglo XXI, pero el adentramiento a las temáticas sexuales, la democratización de temáticas dentro del género de la ciencia ficción, y las gamas manejadas a lo largo de la película, tratando de hacer honor al importante comic de Forest es lo que la vuelve un producto importante no solo dentro del género, sino del cine en general, y es por eso que si ustedes llegaran a considerarse cinéfilos en algún momento, Barbarella se vuelve una de las indispensables, aunque al final no llegue a situarse dentro de sus favoritas o ni siquiera cerca de estas; un cinéfilo debe de conocer de dónde vienen las tendencias que le han movido los hilos hacia la cinefilia, y que aún se ven lejanos de terminar.
La película es recomendable bajo los mencionados términos, a los amantes de los viajes espaciales, del cine erótico, del vintage sesentero y el acercamiento capitalista a los eventos hippie que sucedían en aquellos días.









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