La historia nos narra la vida de Duane (Van Hentenryck), siamés separado, quien llega a un hotel a vivir, y siempre lleva consigo una canasta, en la que poco a poco nos daremos cuenta que contiene a su deformado hermano siamés, Belial; y juntos recorren la ciudad buscando a quienes los separaron, para matarles. En el lapsus de la búsqueda se enamorará de una asistente médica, se hará amigo de una ¿prostituta? (llamémosle simplemente, mujer vestida de manera no casual), entre otros tantos más personajes que completan el ecléctico y divertido elenco.
Obviamente la cinta le tira a lo chistoso del estilo de lo hecho por Peter Jackson en aquellos tiempos; pero con un presupuesto tremebundamente menor.
Entonces... la película sí es chafona en todo, actuaciones, producción, etc... sin embargo es la originalidad lo que la vuelve destacada y la ha inmortalizado en su sitio de culto en el que se encuentra... que si es recomendable o no, pues podemos decir que sí, pero con la advertencia de bajas expectativas para que su sorpresa de ver a la malechona y cómica creatura no les frustre el resultado total, y puedan disfrutar la película como debiera ser...

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