Iniciando con un poema tonto del viejo La Motta (De Niro), la cinta torna al inicio de su carrera, casado con una mujer normal, y con la desventaja de la novatez en el mundo del boxeo; asesorado por su hermano Joey (Joe Pesci), La Motta subsiste en ese circuito independiente, violento, ilógico y arquetípico italiano. Un grupo de negociantes/mafiosos ve potencial en el boxeador, así que le ofrecen algo de dinero por perder una pelea con la promesa de su ascenso a la lucha por el campeonato. A Jake no le agrada la idea, pero lo hace; teniendo su oportunidad dos años más tarde, ya con una nueva esposa, Vickie (Cathy Moriarty), a quien bullear -nótese que aquí el "bulleo" está más que bien utilizado-. Ya que gana el campeonato su personalidad ensombrece su carrera, enfatizando eso mencionado al principio de ser la antítesis de Balboa; pues mientras el personaje ficticio de Stallone es amable, luchón y comprometido con su profesión, su familia y amigos, La Motta es un maldito desgraciado que se la pasa celando a Vicki,de hasta su hermano, que jamás llega a agradar ni en el más decadente de sus momentos... La película irá mostrando su estrepitosa caída hasta llegar a ser ese deformado ser del final, que más que un héroe parece de esos personajes extra asquerosos de Sin City de Frank Miller.
Obvio lo logrado por el director y su elenco es de aplaudirse, y todas las nominaciones y premios son bien merecidos...
En lo personal no es mi favorita del director, pero no denosto en lo más mínimo la calidad indiscutible del producto, que sin duda es un tesoro imperdible para cualquier cinéfilo que haya a lo largo del globo.
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