Lars Von Trier ejectándose de Dogma 95, Lars Von Trier tornándose teatral, Lars Von Trier volviéndose conceptual, Lars Von Trier siendo Lars Von Trier, el plano y el cómo: pretextos, el qué: tragedia, sentimientos, el todo: experiencia artística, el absoluto qué: el cine ES arte.
Saliéndose de "convencionalismos", el danés ahora recluta a Nicole Kidman para encabezar su nuevo gran proyecto que da inicio a una nueva trilogía, la Trilogía Estados Unidos, la que se complementará después con Manderlay & Washington, y mostrará maneras más experimentales, en las que el espacio es un plano escenográfico tal cual, solo cuadrantes establecidos en el piso, ayudados por una gran toma cenital digitalmente creada, donde se llevará a cabo la historia, que, pese a la gran construcción conceptual que se desarrolla, no pierde fuerza por sí misma y no pierde el estilo y la bienhechura que el director pone en cada uno de sus trabajos.
Sobre la historia de Grace, quien escapa de algo y es rescatada por un escritor (Paul Bettany), quien la invita a quedarse en su pueblo para defenderse de lo que la persigue, sin embargo para que los pueblerinos vecinos acepten a su nueva elemento como parte de ellos, empezarán a abusar del buen corazón de la recién llegada pidiéndole cosas que se van enrudeciendo desde chachearla hasta violarla, por lo que ahora Grace salió de algo malo para entrar a algo peor, que poco a poco llegará a una de las más emocionantes conclusiones que se hayan visto en los últimos años.
Sin duda un perfecto inicio para esta nueva trilogía, que marca un nuevo comienzo para el danés, y comienza a estipularle como uno de los grandes del cine de todos los tiempos. Una indispensable incuestionable.
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