La comenzada subtitulable como "los criollos también son un desmadre" y que concluiría como no crisis existencial, sino crisis de existencia, es la ninguneada por las distibuidoras mexicanas "Los Insólitos Peces Gatos" que cabe mencionarse como The Amazing Catfish, pues mejor hay un wiki de la cinta mexicana en inglés que en español, es una cinta de Claudia Sainte-Luce que gana dos Junior Awards en el Festival Internacional de Cine de Locarno, la cual es estelarizada por Ximena Ayala, Lisa Owen, Sonia Franco, Wendy Guillén, Andrea Baeza y Alejandro Ramírez, quienes pese a su póster tendente a lo Lil´Miss Sunshine, logran sacar adelante una película independiente del 2013 estrenada hasta 2014 la cual poca gente vió, pero quienes de cinéfilo corazón son, la reciben con amplio abrazo y certera aceptación.
Sobre Claudia (Ayala), quien se enferma, va al doctor, y ahí conoce a Martha (Owen), una señora, cuyos hijos se la pasan en el hospital con ella, mientras ella solo se muestra optimista con el mundo, y siempre es amable... poco a poco Claudia y Martha se van conociendo, y ahí Martha se da cuenta de la soledad de la chavita, por lo que la invita a su casa a estar con ellos un rato, lo que al final la vuelve una parte más de su disparatada familia; el único detalle aquí, por más inusual que parezca, no es el hecho de aceptar una equiz en la familia, sino que Martha tiene SIDA, y la película no solo trata de la aceptación de la familia hacia Claudia, sino de los últimos días de Martha, quien a cada minuto se va debilitando, dejando en sus siguientes nada más que optimismo y una manera bella de ver el mundo...
Ahora, como digo, lo primero que uno nota en la película es la factura, espléndida, con una fotografía de lujo por parte de Agnés Godard, pero cuyo principio del cuento se ve un tanto detenido por la incertidumbre de esa familia de porte medio alto en una situación de medio bajo, con una chispa barriera que por un instante pudiera parecer increíble; sin embargo, conforme va soltándose la historia cada uno de los bien desarrollados personajes va enamorando al espectador, entendiéndole en su soledad, en su solidaridad y en su nuevo vínculo, que, aún sin explicación se solda entre cada personaje, y le vuelve una maravillosa pieza cinematográfica que da orgullo conocer, y da tristeza no sea bien valorada por el mercado mexicano... pues ¿qué no hasta la aburrida Temporada de Patos fue vanagloriada por hasta los programas matutinos de canal 2? ¿qué trabajo costaría impulsar a grandes talentos como éste para volverse íconos artísticos de la generación hipster? (y hipster no en la manera peyorativa, sino generacional)...
Como sea, si usted logra tener acceso a la película, véala, es muy recomendable, es una chulada de piedad hacia el corazón abandonado, y una pieza memorable, que esperemos la historia le dé el valor que merece, o al menos el tiempo le de la oportunidad a Sainte-Luce de explorar más de sus maneras que bien podrían enriquecer el patrimonio cultural de nuestro país.
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