Con una calidad que hace que las producciones hollywoodenses envidien hasta el último de sus días, y con un humor negro de la talla de cintas como Shaun of the Dead, Brugués nos entrega una de las mejores películas zombie jamás hechas, que además de todo, contiene un contexto idiosincrático y hasta político de la situación general del odio/amor por las decisiones y hechos cubanos del último siglo.
Una indispensable, una inegable, un tesoro a preservar en este séptimo arte.

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