Sobre el viaje del astronauta George Taylor para probar las teorías de Hassline, que sin querer acuatiza en un punto desconocido en el tiempo y el espacio, un lugar y época donde los simios reinan, y cazan humanos por lo que parece no tener una razón lógica, sin embargo poco a poco Taylor se da cuenta de la cruenta realidad que se torna una de las más legendarias conclusiones de una película que se hayan hecho.
Muy del estilo de la dimensión desconocida, de Flash Gordon, pero con una historia mejor construida, más profunda en cuanto a raíces narrativas, Schaffner nos induce a un trama fantástico como pocos lo han logrado, con una estética ganadora de óscares, y maquillaje innolvidable, pese a lo burdo que ahora se ve, la idea, y la construcción visual digna de caricatura o tira cómica, la vuelve un ícono de la cinematografía de todos los tiempos, aún cuando Heston no hace sino tratar de ser un Clint Eastwood engreído, rudo, abnegado y espacial, que a veces sí quisieramos que Dr Zaius y su bandada de changos mataran, pero se compensa con las excelente surreales actuaciones de McDowall y Hunter como Cornelius y Zira, los chimpancés inteligentes provida.
Una película muy recomendable, indispensable para la cinefilia general.
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