La película empieza bien, al grano, directo: Un trío de chicas en un starbucks, llega el papá de la más popular, Claire (Haley Lu Richardson), las va a llevar a las otras a su casa, pero McAvoy aparece, duerme al papá (Neal Huff), y secuestra a las muchachas.
Ya atrapadas en un sótano, Claire, Marcia (Jessica Sula) y Casey (Taylor Joy) piensan como escapar al secuestrador, al cual poco a poco van conociendo, dándose cuenta que tiene múltiples personalidades, destacando la del hombre secuestrador, Dennis, una señora llamada Patricia, un niño llamado Hedwig, un gay diseñador de modas llamado Barry, y otras personalidades que se mencionan pero realmente no salen en la película; todos en espera de una vigésimocuarta personalidad a la que llaman La Bestia, y que según ha organizado el secuestro porque planea comerse a las muchachitas prisioneras.
A la par del enclaustramiento, se cuenta la historia de la psicóloga de McAvoy, la Dra Fltecher (Betty Buckley), y la infancia de Casey, la cual será una horrible desventura, donde su grotezco tío, John (Brad William Henke) abusará de ella ocasionalmente.
Mostrando clara influencia de clásicos como Psycho, tanto en hechura y misterio, como interpretación por parte de McAvoy, evidentemente inspirado por Anthony Perkins; o El Dragon Rojo de Brett Ratner, y actuación de Ralph Fiennes; o hasta la hechura del personaje de One Our Photo de Robin Williams; Shyamalan cuenta una historia sólida, angustiante, y para sorpresa de muchos, unificadora de todo su universo, con una grata sorpresa al final de la película, que para quienes hemos seguido su trabajo, revelará secretos aproximándose para lo que sigue en su filmografía.
La película es bastante aceptable, sin alcanzar su máximo clásico, como lo es El 6to Sentido, pero dentro de los blockbusters al alcance de todos, es un favorable producto que esperemos ayude a propulsar los proyectos hollywoodenses a al menos tirarle a hacer productos como éste.
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