Como tal la segunda película dirigida por los hermanos Wachowski, considerando toda la saga de Matrix como película primera, era la prueba para los directores para combatir con el estigma del one hit wonder, con un tema muy dificil, en una era más difícil y con una fanáticada aún más difícil, pues con la complejidad visual y conceptual que Matrix había ofrecido, ahora eran un punto de referencia obligatoria en el mundo del cine; a sabiendas de su ñoñez, los Wachowski saturan de posmodernidad y locura visual una historia para niños, obteniendo las más duras respuestas de todas las partes del público que la terminó viendo.
Sobre la historia de los Racer, quienes viven entre carreras y el sueño de que algún día algún miembro de su familia logre el máximo de los galardones, hasta que cierto día, el hijo mayor parece volverse malo, traiciona el legado Racer y echa todo el trabajo a la basura... muere y ahí acaba... sin embargo, el que sigue, el conocido como Meteoro (Emile Hirsch), inspirado siempre en su hermano, se propone limpiar su nombre y ganar ese lugar en la historia; pero para cuando empieza a entrar en las ligas mayores, se va dando cuenta que fue la corrupción y la malicia lo que orillaron a su hermano a hacer lo que hizo, por lo que ahora, con trabas, nuevas enemistades y hasta la herida abierta que los actos de X-Racer (Matthew Fox) dejó, debe cumplir su meta y volverse el mejor corredor que jamás haya existido.
Completando el elenco con John Goodman, Christina Ricci, Susan Sarandon, Kick Gurry, Roger Allam, entre otros, la cinta es un políptico de efectos especiales, saturación de color, sobreposiciones de escenas, alteración de las imágenes tratando de igualar las secuencias del ánime de Tatsuo Yoshida (Mach Gogogo) y una estética que busca revolucionar de la misma manera que con Matrix lo habían logrado, la cinta es desorientante y epiléptica, sin embargo es la trama tan aniñada lo que podría ser el verdader punto en contra, pues pese a ser una historia para niños, en ningún punto pareciera destacar el guión escrito por los mismos Wachowski, siendo deficiente comparada con la antecesora, y haciendo de esto el principal factor para que la sobredosis visual se devaluara y la cinta fuera vista como la audiencia la recibió.
Entonces ese menosprecio la deja más cerca de cintas como Miniespías que de Matrix, volviéndose, por supuesto una excelente cinta para niños, pero no una piedra angular de nada, pues nadie decidió reasignarse a la siguiente tendencia que los Wachowski trataron de establecer.
La cinta es recomendada más para niños que para matrixianos, pero aún así, no llega a ser una pérdida de tiempo o la peor película que vean cualquier día que elijan al azar; la queja aquí es más bien la expectativa de mejoramiento que mínimo en esta entrega no llega a presentarse.
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