Repitiendo en el rol de director a Marc Webb y con una baraja mayor de personajes para explotar en una secuela que coincide con la fase 2 de Avengers y con el regreso de los X-Men a la pantalla grande, Webb retoma el trabajo con el cool Peter Parker Andrew Garfield, la linda Gwen Stacy Emma Watson y la joven tía May Sally Field, además de agregar a Jamie Foxx, Paul Giamatti y Dane Dehaan para hacer una gran cinta audiovisual que no supera realmente a la primera en cuanto a contenido superhéroe, pero sí en drama teen.
Spiderman sigue salvando coolmente a la ciudad de todos los peligros de la vida diaria, mientras se cuestiona en segundo plano sobre sus papás y vive enamorado de Stacy minuto con minuto; un ñoño que trabaja en Oscorp encuentra en el héroe un totem para su miedo de socializar, y se vuelve spideyadicto, hasta que un accidente lo vuelve el villano Electro, con quien combate el arácnido y le meten a la carcel. En Oscorp, mientras tanto, Norman Osborn muere, dejando a la cabeza a su hijo Harry, quien empieza a tener la misma enfermedad degenerativa que su padre y se le ocurre que la única manera de curarse es con la sangre del hombre araña, por lo que en su necesidad termina volviendose un mejor Green Goblin del que nunca haya habido (en el cine), teniendo alianzas eléctricas y conclusiones desastrosas...
Mejorando sobre todo visualmente, pues las secuencias de Electro, Green Goblin y los vuelos de Spiderman son fabulosos, y con un super equipo que Hans Zimmer hace al lado de Pharrel Williams, Junkie XL, entre otros, conocido como The Magnificent Six, que genera uno de los soundtracks más adoc a los personajes en escena; la cinta decae demasiado en su construcción narrativa y su exceso de melosidad con su mood teen prevaleciendo sobre todo lo maravilloso que la cinta podría tener; pues aún con lo que podrían ser buenos giros, una mejor actuación de Emma Stone, un muy bien llevado Harry Osborn y cameos que todos esperábamos con respecto al cómic, la cinta, en cuanto a trama es bastante inconstante y jamás llega a despegar, sumándole la desesperante actuación de "quiero ser cool 120% del tiempo" de Andrew Garfield, que harta y te hace apoyar a los villanos por más patéticos y caricaturezcos que sean.
Sin duda SÍ es la mejor película en cuanto a medios audiovisuales respecta, y sin duda supera a su predecesora, pero está lejos de alcanzar las maravillas de las mejores cintas de superhéroes, quedando solo como secundona en este medio que tanta riqueza técnica, histórica, artística y económica que el género representa.
Así que es recomendable, pero con precaución, es teen es leve, pero es una aventura audiovisual, más como han sido otras como Transformers... Sí, ahí encaja bien...
Ah! Y también sale Rhyno.
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