La película ahora se centra en la fraternidad que el rojo francés representa, así como en la energía vital y el amor, siendo esta la más enfocada en las relaciones de este estilo, además de hacer del juez uno de los personajes principales debido a la asociación del color rojo con el derecho.
La cinta cierra el ciclo de Kieslowski, así como su carrera fílmica, pues luego de terminar la película decide dejar el cine, habiendo triunfado ya con éste exitoso trabajo; solo para que años más tarde comenzara a escribir un guión basado en la Divina Comedia, el cual nunca pudo terminar debido al inconveniente de morir...
La trilogía cierra bellamente, tan bella como comenzó y enfatiza el hecho de ser una de las más indispensables sagas de la historia del cine. Larga vida Kieslowski.

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