domingo, 3 de marzo de 2019

Annie Hall (1977)

La cinta que le da el éxito rotundo, le vuelve leyenda y le sube al olimpo cinematográfico, le genera el legado que ahora está al borde del abismo debido al juicio PC que vivimos, pero que le vuelve innegablemente icónico y que nadie podrá aferrarse a lo contrario haya o no hecho lo que sea que la gente ande diciendo; la película que hace de Woody Allen el artista fílmico que ha inspirado a generaciones de cineastas y que demuestra que la comedia romántica no necesariamente debe ser una oda a la mediocridad como el género se ha desvivido por demostrar los años recientes. Annie Hall es el proyecto que le da oscar a mejor guionista, película y actriz para Diane Keaton y que vuelve de Allen el fenómeno pop que al menos se tornó los últimos años del siglo XX.
La historia quebrantadora de la cuarta pared narra la historia del romance de Alvie Singer y Annie Hall, comenzando ya en su quebrantamiento, y tienendo a Singer, interpretado por Allen, como el narrador en retrospectiva de la triste desventura que originalmente sería llamada Anhedonia, y que bien sí hubiera sido título interesante para la pieza, al menos mejor que la mamada de Dos extraños Amantes que terminó siendo la traducción distribuidora de Annie Hall; no obstante, el título final se me hace más ad hoc y amigable para una pieza como termina siendo... Regresemos... como Alvie regresó desde las primeras escenas de la película, y cuyos retrocesos se verán constantes hacia adelante y hacia atrás a lo largo de la historia, hallando en ésta rítmica fílmica desde la historia de Alvie y Annie, de cómo se conocen, desarrolla su relación y termina, hasta los orígenes de ambos, enfatizando las raíces judías que Allen siempre tiene latente en su cine, y la familia ficticia de Hall, mostrada un tanto antisemita y con un Christopher Walken joven y suicida que interpreta al hermano locuaz de Annie. La historia termina un tanto más avanzada que en el comienzo, pero sin cambios relevantes, más como un epílogo anunciado que una salida falaz.
Completando el cast con Tony Roberts, Carol Kane y Paul Simon, la película también incluye a unos muy jóvenes Shelley Duvall, Sigourney Weaver y Jeff Goldblum en pequeños papeles insignificantes pero que en retrospectiva emociona ver en sus años perritos.
Absoluta poseedora del estilo de Allen, la cinta es una pieza cómica de elegancia máxima, de depresivas cualidades irónicas y ácidas como sobre todo su obra temprana suele poseer. Claro que es una pieza exquisita y totalmente recomendable por donde la quieran ver, Diane Keaton es totalmente adorable en su personaje que le inmortaliza y se vuelve el anhelo y añoranza máxima no solo en la historia de Singer sino en la del Allen mismo; no obstante como placer subjetivo, sin restar nada a esta joya, me gusta más Manhattan, siguiendo como mi favorita en la filmografía de este genio del cine.
He hallado y me he dado tiempo de Annie Hall muchos años después de su tiempo, pero como la temporada académica la mencionó tanto en los días recientes, fue imposible resistirme a la tentación de llegar a esta preciosura fílmica que persiste sin tiempo como una de las películas de amor más bellas y complejas de las que tenga memoria.
Así que, amigo lector, es de gran recomendación se dé el tiempo usted también que seguro también se volverá fan indiscutible de tan maravillosa película.






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